sábado, 31 de diciembre de 2016

ADIÓS 2016

Como dice mi amigo Alberto "se nos va el año y no hemos brindao".

Yo brindo por la vida, por mi familia, por mis amigos, por la medicina, por la investigación, por todos los que me leen, por seguir aquí y por tener un 2017 tranquilo.

2016 ha sido muy intenso. Cal y arena.

He sufrido dos recaídas con sus correspondientes quimioterapias y cirugías y, además, he tenido una hija que es el regalo más bonito que me ha hecho la vida.

Sí. Esta vida que tantos obstáculos me pone, me ha premiado con la personita más maravillosa del mundo por la que merece la pena seguir luchando.

Guardo muy buenos recuerdos de este año que se va. Al 2017 sólo le pido SALUD. 

Feliz Año Nuevo





jueves, 8 de diciembre de 2016

METÁSTASIS Y ACEITE DE PALMA


Me ha llamado la atención una noticia publicada ayer en varios medios de comunicación. 

Un grupo de investigadores de Barcelona ha descubierto que la proteína CD36 favorece la formación de metástasis. Las células de las metástasis son muy sensibles a la grasa y la CD36 es un transportador de grasas. Parece que bloquear esta proteína podría frenar la expansión de muchos cánceres y su evolución hasta la formación de las tan temidas metástasis.

EL ACEITE DE PALMA PUEDE SER EL CAUSANTE DE MUCHAS METÁSTASIS.

El ácido palmítico, principal componente del aceite de palma, ha demostrado ser el mayor inductor de metástasis según la investigación.



CUIDAR NUESTRA ALIMENTACIÓN ES BÁSICO.

El aceite de palma es el más utilizado del mundo, contiene muchas grasas saturadas y está presente en muchos de los alimentos procesados que consumimos: galletas, bollería industrial, patatas fritas, helados, comidas congeladas, patés, margarinas, platos de comida preparada, velas, productos de limpieza y cosmética...

HAY QUE LEER BIEN LAS ETIQUETAS DE LOS PRODUCTOS QUE CONSUMIMOS. 

El aceite de palma y sus derivados pueden enmascararse tras varios términos: aceite de palma, aceite o grasas vegetales (sin especificar el tipo), palmate, palmitate, palmolein...

En este link podréis encontrar las "palabras prohibidas" de los productos de consumo. Debemos evitar la utilización de los mismos, aunque no es tarea fácil.

http://www.vivalebio.com/en/consumo-rebelde/205-aceite-de-palma.html

Os dejo a continuación varias lecturas interesantes sobre este tema, empezando por la noticia que originó este post.

¡Larga vida al aceite de oliva! 

http://elpais.com/elpais/2016/12/07/ciencia/1481109831_113259.html?id_externo_rsoc=FB_CM

http://www.abc.es/sociedad/abci-dietas-ricas-grasas-malas-disparan-riesgo-metastasis-201612071901_noticia.html

http://www.lavanguardia.com/ciencia/20161207/412465302885/cancer-tratamiento-metastasis-cd36-acido-palmitico.html

https://www.ocu.org/alimentacion/alimentos/informe/aceite-de-palma

https://www.veoverde.com/2014/04/alternativas-para-evitar-el-uso-de-aceite-de-palma/

martes, 22 de noviembre de 2016

EL TIEMPO ENTRE COSTURAS

Hoy se cumplen 2 años y 7 meses de mi lucha contra el cáncer.

En estos 31 meses he pasado por el quirófano casi 10 veces y de cada una me he llevado una cicatriz de recuerdo.

- Poner, quitar y volver a colocar el porta.
- Mastectomía derecha con vaciamiento axilar y reconstrucción.
- Mastectomía profiláctica izquierda con colocación de prótesis.
- Lipofilling.
- Cirugía axilar number 2.
- Reconstrucción CAP (complejo areola pezón).
- Cirugía craneal.

Las cicatrices de mi cuerpo son testigo de las batallas libradas. No son feas, no me disgusta verlas, no me molestan. Simplemente están ahí para recordarme que cada operación ha merecido la pena porque aquí sigo. 

Me miro al espejo y pienso en una muñeca de trapo llena de costuras. Pero esta muñeca, además, está llena de vida y es fuerte como un roble. 
He trabajado mucho con el fisio para que las cicatrices no se hagan queloides y para mejorar su apariencia. Los resultados son espectaculares. 




Entre cirugía y cirugía me he hecho cientos de analíticas, TACs, PET TACs, radiografías, ecografías, resonancias, trasfusiones... Por no mencionar las 18 sesiones de quimio en vena que me han metido y las 8 orales que me quedan. 

He vivido momentos muy duros pero, en general, el balance de este "tiempo entre costuras" es bueno. Ha habido días malos y otros peores. Por suerte estos se te olvidan cuando llegan los momentos buenos y vuelves a sonreír. Porque la esperanza es lo último que se pierde.



viernes, 11 de noviembre de 2016

¿Y AHORA QUÉ? CAPECITABINA

Creo que por fin puedo respirar tranquila.

Han pasado más de dos semanas desde que me operaron de la metástasis. Me ha costado mucho asimilar lo que ha pasado y sobretodo darme cuenta de que esto no es el final, que todavía queda Luz para rato.

El cáncer de mama se convierte muchas veces en una carrera de obstáculos y según los sorteas vas desmitificando la enfermedad. Las quimios no tienen los efectos secundarios tan terribles que vemos a veces en las películas, la metástasis (palabra fea donde las haya) no es el fin del mundo, el cirujano no es ese señor con cara de malvado y bisturí en la mano que parece que te va a abrir por la mitad, sino un galán con bata verde que te saca el bicho de las entrañas mientras duermes plácidamente. Y así podría seguir y escribir un post entero.

Con esto no quiero decir que todo sea color de rosa y que el camino es fácil. Ni mucho menos. Cada prueba, cada analítica, cada visita al oncólogo te ponen los nervios a flor de piel y te generan tanta ansiedad que pierdes la noción de la realidad. Los diagnósticos y el tiempo que pasa hasta que empiezas un tratamiento se hacen eternos y muchas veces se necesita ayuda psicológica para asimilarlo y seguir adelante.

Los días posteriores a la operación de cráneo fueron completamente nulos para mi. No terminaba de creerme lo que había pasado. Fue todo tan rápido que no pude digerirlo y anduve como una autómata durante días. No pensaba, no actuaba. Me limitaba a estar. 

Fue después de la visita al oncólogo cuando empecé a ser consciente de lo que había pasado. El Dr. Martín me dijo que no había que preocuparse más de la cuenta. La metástasis había sido única y muy bien localizada y definida, por lo que pudieron sacarlo todo. 

Me planteó dos opciones: radiar el lecho del tumor (lo que según él podría provocarme daños neurológicos importantes) o tomar una quimio en pastillas que acabe con las células que puedan quedar en el cerebro y en el resto del cuerpo. Él se decantaba por la opción 2 sin dudarlo y yo, que tengo plena confianza en su criterio, le dije SÍ a todo.

Me recomendó hacer un PET TAC corporal antes de empezar el tratamiento por si había alguna lesión en hígado, pulmones, huesos y demás. Menuda semanita pasé hasta que me hice la prueba y me dieron los resultados. Estoy limpia.

Mañana empiezo a tomar capecitabina durante 6 meses. Un auténtico cóctel molotov con el que espero aniquilar a la bestia de una vez por todas.




Va por ustedes.

lunes, 31 de octubre de 2016

DIAGNÓSTICO: METÁSTASIS CEREBRAL

Suena tan fuerte el título que me parece imposible que me haya pasado.
Hace poco más de una semana me enteré. Así, de golpe y porrazo, sin ni siquiera haberseme pasado por la cabeza. Las sombras de la recidiva y la metástasis siempre planean sobre una enferma de cáncer como yo. Pero una piensa en huesos, hígado o pulmón. El cerebro parece cosa de otra dimensión.

Hacía un par de meses que tenía ligeras molestias en la visión de vez en cuando (lucecitas de colores que duraban un par de minutos). Hice lo correcto y fui al oftalmólogo. Me diagnosticaron migrañas oftálmicas con aura. No tenía ni idea de lo que era eso, pero aparentemente es algo muy normal. La única instrucción que recibí fue la de acudir al neurólogo si notaba dolores de cabeza fuertes y la cosa empeoraba.

Y así fue.

Cuando los dolores de cabeza empezaron fui a la consulta de la neuróloga Marta Ochoa y enseguida me mandó una resonancia de cráneo. Muy comprensible teniendo en cuenta mi historial.

Pensé que no iba a ser nada, ya que tenía un PET TAC del mes de julio con unos resultados inmejorables. Le mandé un mail a mi oncólogo y coincidió con la Dra. Ochoa. Necesitábamos una reso para descartar.

- Pero ¿qué pasa con el PET TAC que ya tengo?
- Luz, esa prueba no es determinante para descartar lesiones en el cerebro.

TOOOOOOOOOOOOMA BOMBAAAAAZO INFORMATIVO

El pasado jueves 20 de octubre entré en la maldita máquina. Se veía una inflamación, pero no se sabía lo que era. Teníamos que esperar unas horas. 
El viernes 21 a las 1530 me dieron el diagnóstico: metástasis cerebral de 3 cm única y diferenciada. Había que operar de inmediato. 
El lunes 24 ingresé de urgencia en el Hospital HM Móstoles para el preoperatorio y el martes 25 me abrieron el cráneo para sacar el tumor.



Todo salió perfecto y así consta en la reso de control posterior a la cirugía. El bicho salió todo, enterito y sin contratiempos. Un día en la UCI, dos en planta y a casa.

El postoperatorio no me está generando problemas. No tengo dolores, no hay sangrado y prácticamente hago vida normal. He perdido campo de visión porque el tumor me estaba presionando y tengo molestias al leer y al escribir. Pero dijo uno del equipo de neurocirugía que todo volvería a su sitio, así que es cuestión de un poquito de paciencia.

Así de intensa fue mi semana. De repente todo se da la vuelta y pasas de ser una enferma en remisión a una en estadio 4.

La vida se me pasó por la mente a toda velocidad. Pasado, presente y un futuro incierto. Lo quería vivir todo. Deseaba más que nunca estar con Isam, perdonarnos los errores cometidos, seguir queriéndonos siempre y disfrutar del mejor regalo que nos ha hecho la vida: nuestra hija. 

Al igual que Neruda escribí los textos más tristes esa noche. Disculpadme si algún te quiero se quedó en el tintero.  Fueron tantos que no llevé la cuenta.

Un gran rincón de mi corazón se lo guardo a todos los médicos que han estado pendientes de mi en todo momento y que han hecho posible que todas las pruebas y la cirugía se hagan en tiempo récord.

A Nuria y a Gelo, por darme soporte profesional y humano desde el primer momento.
A la Dra. Marta Ochoa, por su profesionalidad, su celeridad y su calidez humana.
A todo el equipo de radiología, en especial a mi amigo Fernando al que admiro y adoro.
Al personal de neurocirugía, el Dr. Diamantopoulos y su equipo (gracias Sara).
A Charo, a quien no conozco personalmente pero que siempre me tiende su mano.
Y como no, a mi oncólogo el Dr. Martín, porque siempre está a nuestro lado para atendernos.

A mi marido, al que quiero por encima de todas las cosas.
Familia y amigos. Siempre a mi lado. Siempre.
Una dedicatoria especial para mi suegra que no dudó ni un minuto a la hora de cruzar el charco para acompañarnos. Gracias Elsa.

Aún queda camino por recorrer. Esta semana toca oncólogo para definir los próximos pasos  (radio, estudio de extensión...). Queda recoger la anatomía patológica, quitarme las grapas de la cabeza y tratar de volver pasito a pasito a la normalidad.

Quiero vivir.

viernes, 21 de octubre de 2016

I WILL SURVIVE

Me acaban de diagnosticar metástasis en el cerebro. No se muy bien como se come esto, pero parece que encima me tengo que alegrar porque está muy bien localizado y se puede operar.

No tengo mucho más que añadir, sólo que una vez más voy a ir a por todas.

Hace cinco días bailaba esta canción con las princesas guerreras. 

Hoy la canto más fuerte que nunca.


Nos vemos al salir del quirófano.

domingo, 2 de octubre de 2016

LA GUINDA DEL PASTEL

Estoy de estreno. Tengo pezón nuevo. 

Después de dos años de espera por fin puedo mirarme al espejo.  

Hace tres semanas pasé de nuevo por quirófano. Esta vez fue para reconstruirme el pezón que me faltaba desde que en noviembre de 2014 me quitaran el pecho derecho. 

Cuando te hacen una mastectomía radical no sólo te quitan el tejido mamario que tiene el tumor, sino también el CAP (complejo areola pezón) por si hay infiltración de células cancerígenas. 

Después de la mutilación hay que esperar a que el pecho operado sane por completo antes de reconstruir el CAP. El tiempo de sanación varía mucho dependiendo de cada persona, pero suele ser de 3 a 4 meses después de la reconstrucción mamaria. En mi caso han sido dos largos años, porque la recidiva del pasado mes de enero dejó todos mis planes en stand by.

Existen distintas formas de reconstrucción del CAP. Yo escogí la técnica del injerto que consiste en sacar piel de la ingle y "coserla" a modo de areola en la mama operada. La piel de la ingle, por lo general, tiene un color más oscuro que la del resto del cuerpo y está en una zona muy discreta donde la cicatriz es apenas visible. El pezón (la "bolita" o "botón") se crea con piel sobrante del propio pecho o con la extraída de la ingle. 

Es una cirugía ambulatoria sin riesgo y con pocas molestias salvo los pinchazos de la anestesia. El post operatorio tampoco tiene mayor complicación. Se puede hacer vida normal desde el momento en el que sales del quirófano, aunque hay que tener mucho cuidado con los roces y los tirones en la ingle.

El tatuaje es otra forma de reconstrucción que evita cirugías y cicatrices. Me he informado bastante sobre el tema y los resultados son increíbles. Existen auténticos maestros del tatuaje del CAP que mediante efectos 3D consiguen pezones tan reales como los originales.

Aquí dejo unos vídeos interesantes para las que quieran volver a tener un pezón sin pasar por el quirófano. No es un proceso barato, pero en algunos hospitales como el de Torrejón en Madrid está cubierto por la sanidad pública.

https://www.youtube.com/watch?v=SHvOGPs7104
https://www.youtube.com/watch?v=9vrmdb5Nsq4
https://www.youtube.com/watch?v=BoRAv55GNPk

La reconstrucción del CAP es el final de un largo y doloroso camino. Es la puerta a la normalidad. Es la guinda del pastel. 

martes, 13 de septiembre de 2016

SINOPSIS DE MI CUARENTENA

Los 40 y los que siguen me han caido mal, muy mal. No por la tan comentada "crisis de los 40", sino porque desde que entré en este decenio la vida no ha parado de darme golpes.

A los 40 se me desgarraron el alma y el cuerpo al perder un embarazo gemelar de 20 semanas que tanto habíamos anhelado mi marido y yo. Fue algo natural. Simplemente pasó y no se pudo hacer nada. Desde entonces no hay día que no piense en ello con tanta ternura y melancolía que se me hace un nudo en el estómago. 

A los 41, cuando empezaba a levantar cabeza, la vida decidió ponerme de nuevo a prueba. Fue cuando me diagnosticaron un cáncer de mama. Empezó entonces un periplo por hospitales, consultas, pruebas médicas, quirófanos... Una auténtica carrera de obstáculos.

La primera mitad de mis 42 la pasé en tratamiento y la segunda tratando de recuperarme física y psicológicamente. Intenté hacer vida normal dentro de mis limitaciones y lo conseguí. Iba a trabajar, al gimnasio, viajaba y salía con los amigos.

Cuando conseguí estabilizarme tenía 43 años. Había vivido tanto en tres años que sentí que tenía que parar. Me relajé y empecé a disfrutar de la vida. 
Pero el cáncer volvió y hubo que parar las máquinas para enfrentarse a él. Esta vez lo hice en cuerpo y alma. Dejé de trabajar y me dediqué casi en exclusiva a curarme. El tratamiento fue mucho más agresivo y a mi cuerpo le ha pasado factura. Pero lo he conseguido.

No expongo todo esto para dar lástima al que me lea, sino todo lo contrario. Estas pruebas que me ha puesto la vida me han hecho más fuerte. La vida es esto: caer y levantarse. El ser humano tiene la inmensa capacidad de enfrentarse a las dificultades, superarlas, aprender de ellas y seguir adelante. 

Y eso es lo que he hecho yo. 

La semana pasada fui al oncólogo y me reconfirmó que está todo bien, que de momento estoy limpia y que hasta diciembre no tengo que hacer nada salvo recuperarme.

Mañana toca pasar de nuevo por quirófano. Esta vez para reconstruirme el pezón y empezar a devolverle a mi cuerpo el aspecto que perdió con aquella mastectomía en noviembre de 2014. 

Otra vez anestesia y a soñar que es gratis.




jueves, 11 de agosto de 2016

LA VIDA ES COMO UNA CAJA DE BOMBONES




Mi cáncer y yo estamos en tablas, hemos pactado una tregua veraniega en espera de la revisión de septiembre y de las instrucciones de mi oncólogo.

Y mientras mi cuerpo descansa y va eliminando poco a poco la toxicidad, mi cabeza no para de pensar. Y es que estoy enfadada con la vida. Mucho. No consigo entender el porqué de esta enfermedad. No puedo asimilar los diagnósticos y mucho menos las recaídas en gente joven y con un estilo de vida saludable.

Para que me entiendan los que me leen... Dos de mis grandes amigas y compañeras de batalla están otra vez en la lucha por curarse. El tema es serio. Las dos se habían curado, estaban retomando las riendas de sus vidas cuando se encontraron algo sospechoso que disparó todas las alarmas. Otra vez pusieron la maquinaria en marcha a todo gas: médicos, pruebas diagnósticas, analíticas...

Y es que con el cáncer hay que estar siempre alerta. Los que hemos sufrido esta enfermedad no podemos bajar la guardia. Nunca. Hay que explorarse, hay que ir a las revisiones y exigir que te miren hasta el último centímetro del cuerpo porque, por desgracia, el tumor puede estar escondido en cualquier rincón.

Ellas siguieron todos los protocolos y encontraron al bicho. Por eso hoy están participando en sendos ensayos para curarse. Y lo van a conseguir.

Una me dijo un día que estaba cansada. 
Cansada de no poder hacer vida normal, de no poder hacer planes, de no saber como va a encontarse mañana, de meterse en la máquina del TAC temblando y esperar durante una semana unos resultados que definirán sus próximas semanas y meses. 
Me dijo que entendía a las personas que desistían de los tratamientos y dejaban que el destino guiase sus vidas.
Me dijo que a veces le daban ganas de tirar la toalla.
Pero también me dijo que no lo iba a hacer, porque con esta enfermedad no está permitido debilitarse. Se puede llorar, se puede patalear y se puede insultar a la madre que parió al tumor, pero no rendirse. Nunca. Porque entonces encuentra su hueco y se cuela.

Marta y Cova, os quiero como si os conociera de toda la vida. Hemos pasado tantas cosas juntas que ya formáis parte de mi vida. 

Hasta el infinito y más allá!!!




lunes, 25 de julio de 2016

LA NUEVA YO

Aunque sea difícil de creer, el cáncer te aporta cosas buenas. Ya se que es un tópico decir que aprendes a valorar cosas que antes te parecían cotidianas y bla bla bla, pero es verdad.

Después de 6 meses de "ni un pelo de tonta" por fin he ido a la peluquería. Lo normal para casi todos, ¿no? Tienes el pelo largo y vas a cortarte las puntas, se te ve la raíz y te tiñes, te salen canas y te das unas mechitas... Pues para mi ha sido emocionante, una regresión a mi vida normal anterior.

A la pregunta de qué me quería hacer respondí: "no lo sé, sólo quiero mirarme al espejo y no pensar en el cáncer. Quiero dejar de ver a esa enferma a la que le está creciendo el pelo porque se ha quedado calva por la quimioterapia. Quiero darle alegría a esta cabeza".

Dicho y hecho. Mónica, mi peluquera, me conoce desde hace muchos años y encontró fácilmente la solución a mi problema: el look Annie Lenox.



Este pelo decolorado sólo se puede llevar con una cabellera tan corta, así que ahora cuando me miro pienso en el corte tan moderno que me han hecho. 

Mi marido, familia, amigos y demás se quedaron un poco sorprendidos al verme, pero casi todos coinciden en que me queda bien, se me ve la piel más morena, me resaltan los ojos.. En definitiva, Mónica ha conseguido subirme un poquito más la autoestima y que deje de ver la palabra cáncer pegada en mi frente. Gracias.

En cuanto al dilema radio sí / radio no, ha ganado el NO. Parece que entre los radiooncólogos y los de medicina nuclear han considerado que el ganglio del cuello no era malo y por tanto no hay necesidad de darme radioterapia. Estupendo, un salto a la siguiente etapa.

Ayer cumplí 44 primaveras. Cuando me diagnosticaron tenía 41 años y pensé que no llegaría hasta aquí. Pero he llegado y pienso seguir cumpliendo años y disfrutando de pequeñas cosas que me aportan gran placer (como ir a la peluquería).



Ahora voy a descansar y ponerme en forma para lo que me toca después del verano. Espero poder volver a ser YO en muy poquito tiempo.

Feliz verano a todos. 

jueves, 14 de julio de 2016

HOLA VIDA

Tengo los resultados del PET TAC que reconfirma lo que ya sabíamos: "no se identifican lesiones neoplásicas con media / alta actividad metabólica", que es lo mismo que decir ni rastro del bicho.

Para los que no estáis muy puestos en el tema radiológico porque nunca os ha hecho falta (seguid así), la principal diferencia entre un TAC y un PET TAC es que el segundo es una prueba de medicina nuclear en la que, mediante la inyección de glucosa, se capta no sólo donde está la lesión y su tamaño, sino además si está activa y en qué grado. Creo que a día de hoy es la prueba más concluyente para un diagnóstico.

Mi primer PET TAC fue en enero de este año cuando me diagnosticaron la recidiva. Se veía perfectamente el ganglio axilar infectado y además otro en el cuello que captaba algo de glucosa. El diagnóstico fue "recidiva axilar y laterocervical derecha".

Nunca llegaron a hacerme una biopsia del ganglio del cuello y ahora que ha desaparecido, los radiooncólogos y los especialistas en medicina nuclear del Gregorio Marañón tienen sus dudas con respecto a su malignidad. Parece ser que estaba localizado en una zona muy alejada de la cadena ganglionar de la mama y además completamente aislado, por lo que piensan que podría haber estado inflamado por cualquier otro motivo (una infección, por ejemplo).

Radiotetapia sí / radioterapia no, esa es la cuestión. Mientras se deciden yo me dedico a reponer las fuerzas perdidas y a prepararme para lo que pueda venir. Me alimento bien, voy al gimnasio, duermo y bebo mucho líquido.

A pesar de que me noto cansada y bastante desmejorada físicamente, estoy pletórica y rebosante de alegría. Siento que la vida me está dando de nuevo la bienvenida y que mi pequeño cuerpo ha vuelto a responder positivamente al tratamiento. Nunca me falla.

Este verano voy a disfrutar como si fuera el primero de los muchos que me quedan por vivir.

¡Hola vida! Estoy aquí. He vuelto :-)










miércoles, 29 de junio de 2016

QUIEN RÍE EL ÚLTIMO RÍE MEJOR

El acrónimo NED, NO EVIDENCE OF DISEASE (sin evidencia de enfermedad), lo aprendí en un grupo de facebook donde mujeres de todo el mundo que están luchando contra un cáncer de mama triple negativo comparten experiencias y sentimientos.


Es ahí donde he leido muchas historias como la mía con final feliz.

Hoy he ido al oncólogo, mi querido Doctor Martín, y me ha reconfirmado los resultados de la anatomía patológica tras la operación: NED NED NED NED NED. 

Ya me lo había adelantado por teléfono la semana pasada, pero hasta que no he ido a hablar con él y he visto y leido el informe con mis propios ojos no me lo he terminado de creer. Gracias Doc.

Como soy una alumna muy aplicada y tengo la cabeza bastante organizada (creo), he ido a la consulta con toda mi batería de preguntas. La más importante de todas: ¿y ahora qué?

Ahora toca radio en la zona del cuello donde tenía uno de los ganglios afectados, PET TAC para confirmar que no quedan células malignas por el cuerpo, reconstrucción del pezón, analítica y TAC de seguimiento post radio... Y así hasta dentro de unos meses en que espero me den el alta para volver a hacer vida normal.

- Entonces, ¿estoy curada?
- Estás en remisión. No te puedo decir que estás curada hasta dentro de cuatro años.

Cuatro años no es nada. De momento estoy limpia y eso es lo que importa.

Te he ganado otra vez bicho. 
Te he aniquilado. 
Vete y no vuelvas. 
Y si lo haces te estaré esperando con toda la artillería disponible y con la fuerza que me da la experiencia.

Au revoir! A bientot!




miércoles, 22 de junio de 2016

LINFADENECTOMÍA AXILAR

Para testarudas yo.

Como ya he comentado, la fecha del 4 de julio para operarme me parecía muy tarde y me generaba muchísima ansiedad. Así que como el que la sigue la consigue, aquí estoy yo en mi habitación de la maternidad de O'donnel recién operada y más contenta que unas castañuelas.

La semana pasada me tomé unos días de vacaciones para desconectar y olvidarme del cáncer. Ni que decir tiene que no lo conseguí. Lo pasé muy bien y descansé mucho, pero la cabeza es la cabeza y como órgano regidor funciona por libre y hace lo que le da la gana.

No estaba tranquila del todo hasta que el jueves 16 me llamaron para decirme que por pesada habían decidido operarme el martes 21. Por fin pude soltar lastre y olvidarme del tema.

Ingresé el lunes por la tarde en el área de ginecología del Gregorio Marañón. Me sorprendió el trato tan humano y la calidez de todo el personal, desde la chica de admisión hasta las enfermeras y auxiliares de planta. Un diez.

Ingreso en el hospital. Preparada para la cirugía.

El martes a las 0815 bajé al quirófano. Visto y no visto. La cirugía duró menos de una hora y por supuesto yo no me enteré de nada. Me desperté sobre las 12 en la zona de reanimación. Estaba feliz por haberme operado y por la borrachera de la anestesia. Otra ovación para el personal de quirófano, en especial para Mayte. Gracias.

El cirujano que me abrió la axila, el doctor Lizarraga, lo hizo de maravilla porque no tengo dolor y puedo mover el brazo. Otro de diez. Profesional, amable, apuesto y buen cirujano. ¡Justo lo que necesitaba!

Recién operada. Con mi prima Teresa.
De momento el resultado es muy bueno: no se observa tumor a nivel macroscópico. Habrá que esperar unos días al informe del patólogo.

Gracias a todos los que habéis estado pendientes de mi cada minuto.  Esta pequeña victoria se la quiero dedicar Marta, a Alejandro y a sus parejas Roberto y Berta, grandes amigos que están pasando un momento difícil. Os quiero.

Seguiremos informando...

jueves, 16 de junio de 2016

CALMA CHICHA

La semana pasada las princesas guerreras recibimos un duro golpe. 

Marta, nuestra capitana, la que lleva el estandarte del grupo, nuestro ejemplo de fortaleza, fe y sentido del humor, fue diagnosticada de una recidiva. 

Enseguida hicimos piña alrededor de ella, nos reunimos y le dimos ese abrazo que todos necesitamos en los momentos difíciles para dar una buena zancada y seguir avanzando.

Por mi parte estas semanas están siendo de relativa calma. He pasado con éxito el preoperatorio y estoy esperando a que me llamen para darme cita para la cirugía.

La espera me genera bastante ansiedad, así que me he venido unos días a la playa a ver si desconectaba. Pero no lo consigo.

He estado haciendo averiguaciones y me han dicho que la operación está programada para el 4 de julio. ¡Horror! Eso son 9 semanas después de la última quimio. 

No puedo estar tanto tiempo sin tratamiento. Ya se que mi último TAC salió muy bien, pero el oncólogo insistió en que había que analizar lo que sacaran en la operación por si quedaban células   tumorales. En función del resultado de la anatomía patológica decidiría si darme más quimio o pasar directamente a la radio.

Y aquí estoy, sin una cosa y sin la otra, comiéndome el coco pensando que si ha quedado algo está teniendo tiempo más que suficiente para instalarse donde le resulte más cómodo y echar raíces.

No es sano darle tantas vueltas a la cabeza, ya lo se, pero no puedo evitarlo. Por eso he escrito a mi oncólogo contánle mis miedos. Si alguien me puede tranquilizar es él.

Y con esto y un bizcocho voy a disfrutar del sol y la playa. 

Pegada al móvil, por si llaman del hospital...

domingo, 29 de mayo de 2016

tic... TAC

"Sin evidencia de recidiva tumoral".

Así de bonita es la frase con la que termina el informe de mi último TAC. 

Fui a recoger los resultados a la consulta del oncólogo el viernes pasado. Estaba temblando. En el fondo sabía que era muy difícil que encontraran algo nuevo sospechoso porque el tratamiento estaba funcionando y tenía un TAC de marzo que lo confirmaba, pero a pesar de todo tenía miedo. Tanto que al entrar no saludé al Dr. Martín con los dos besos de costumbre, sino que fui directa al grano: 

- Bueno, ¿qué?  
- ¿Qué de qué?
- El TAC que me hice el miércoles. ¿Qué ha pasado?
- ¿Qué TAC? No me acordaba que tenías un TAC. Espera, que lo miro.

Tic... TAC... tic... TAC...

- Estás muy serio. No me gusta tu cara.
- ¿Qué cara? 
- La que pones mientras lees. ¿Pasa algo?
- Nada, estoy leyendo el informe. Ahora te lo imprimo.
- ¿Y qué dice?
- Pues qué va a decir, que todo bien. Yo ya lo sabía. El TAC no me preocupaba nada. Te he citado para decirte que he hablado con el gineoncólogo que te va a operar y te van a llamar para darte cita.
- ¿Me operan ya? ¡Qué bien!
- No, no, ni hablar. No te puedes operar todavía después de lo que te pasó con la última quimio. Hay que esperar unas semanas. Tuviste una trombopenia severa y tu médula estaba casi inactiva, como para un trasplante.
- ¿Me van a dar más quimio después de la cirugía?

La respuesta fue que todo dependerá de la anatomía patológica de los ganglios que saquen de la axila. Si hay restos de células tumorales entonces me enchufan de nuevo. Si está todo limpio pasaré directamente a la radioterapia en el cuello.

A partir de ese momento dejé de escuchar. Sólo pensaba en que todo estaba bien, en que el pelo va a empezar a crecer, en que voy a ir recuperando fuerzas poco a poco, en que quiero empezar a hacer ejercicio otra vez, en que estoy deseando ir a la playa...

Cada día que pasa falta menos para sacar al bicho y aunque, aún queda un largo camino, ya empiezo a vislumbrar la meta.

tic... tac.. tic... tac...


viernes, 20 de mayo de 2016

UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

No se si la cal es lo bueno y la arena lo malo o viceversa, pero se que todo me tiene que tocar a mi.

Hoy he ido al oncólogo por primera vez después de mi episodio de déficit de neutrófilos, plaquetas, hemoglobina y creo que neuronas.

A primera hora de la mañana me he hecho la analítica de rigor. Después he ido a la consulta sin demasiadas expectativas. Cuando salí del hospital tenía algunos valores tan bajos que me parecía imposible que en una semana se pudieran recuperar. Pero ahí estaba el resultado:

Neutrófilos = 2.900 (llegué a tenerlos en 10) 😱😱😱

Hemoglobina = 10.1 (durante el ingreso en el hospital me bajó a 7).

Plaquetas = 123.000 (hace una semana no subían de 33.000).

Estaba preparada para la quimio number five.

"No te la voy a dar. Vamos a operar".

¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¡Qué bien!

El doctor Martín me ha explicado que quiere sacar el tumor para ver si quedan restos de células cancerígenas y, en función del resultado de la anatomía patológica, me dará una sesión o dos más de quimio.

Vacaciones para mi cuerpo. No más toxicidad por unas semanas. Voy a recuperar fuerzas y volver a hacer deporte.

Lo que me ha pasado por la tarde ya es otra película y se titula faringitis. ¡Sí señor!, no he podido disfrutar ni 24 horas de las buenas noticias. No hay descanso para este cuerpecito de escasos 152 cm y 47 kg.

Así que ya véis, una de cal y otra de arena. ¿Cuál es cuál?

jueves, 12 de mayo de 2016

TRATAMIENTO DE UNA RECIDIVA. CAPÍTULO 4: TROMBOCITOPENIA


Estos días mis plaquetas y yo estamos en un tira y afloja. Ellas empeñadas en no moverse de su sitio y yo incubándolas con mucho cariño a ver si se multiplican y me dejan irme a casa.

Y es que sigo en el hospital. Los motivos que me trajeron aquí ya están más que resueltos: mis neutrófilos están en 2 mil y pico y la hemoglobina por encima de 9. Lo que ahora me tiene loca son las plaquetas. Ni siquiera la transfusión que me hicieron hace una semana ha servido para ponerlas en su sitio.

Cuando ya creí que me iban a dar el alta me dijeron que tenía trombocitopenia:

La trombocitopenia es cualquier situación de disminución de la cantidad de plaquetas circulantes en el torrente sanguíneo por debajo de los niveles normales, es decir, con un recuento plaquetario inferior a 100.000/mm³. En términos generales, los valores normales se ubican entre 150.000/mm³ y 450.000/mm³ plaquetas por milímetro cúbico.

Todas las mañanas me sacan sangre a las 6 de la mañana. Desde ese momento espero ansiosa a la doctora para ver si me da buenas noticias. Desde que me dijeron que me tenía que quedar ingresada mis plaquetas han evolucionado a peor: 

- Domingo: 39.000 
- Lunes: 30.000 
- Martes: 27.000 
- Miércoles: 35.000 
- Hoy jueves: 33.000

Lamentablemente no se puede hacer nada salvo esperar. La bajada de plaquetas es un claro efecto secundario de la quimioterapia. Mi médula está vagueando, no tiene ganas de ponerse en marcha por el momento. 

Pero no voy a cejar en el empeño a ver si dándole cariño y descansando en la cama del hospital decide volver a la actividad.




sábado, 7 de mayo de 2016

#otravezenlaceldadeaislamiento

Casi dos años después se repite la jugada. Otra vez estoy ingresada por neutropenia.

Todo empezó la tarde del miércoles 4 cuando de repente me sentí más cansada de lo normal. Me tumbé en el sofá a descansar y cuando ya me creí recuperada salí a dar un paseo. Creo que eso me pasó factura porque llegué a casa con tanta fatiga que ya no me levanté más.

Sobre las 10 de la noche me di un baño pensando que una buena inmersión rebosante de agua caliente me curaría. Qué equivocada estaba.

A las 3 de la mañana me desperté con un dolor insoportable en la boca del estómago. Era la acidez esa que me viene molestando todo el tratamiento llevada al extremo. Estaba nerviosa, no para de hiperventilar y llorar diciéndole a mi marido "no puedo, no puedo". Nos asustamos tanto que llamamos al oncólogo de guardia. Nos sugirió probar con un omeprazol a ver si se me pasaba y si no ir a urgencias.

A las 04.30 nos metimos en el coche y nos fuimos a Sanchinarro. Estaba tan débil que tuve que ir tumbada en el asiento de atrás. Al llegar al hospital me inyectaron paracetamol, omeprazol, buscapina y me sacaron sangre. Por fin conseguí relajarme y descansar un poco. Cuando ya pensábamos que lo peor había pasado y que podíamos irnos a casa llegaron los resultados de la analítica: neutrófilos 30 + hemoglobina 8.5 = TE QUEDAS.

Me ingresaron esa misma madrugada y me pusieron en aislamiento donde llevo ya casi tres días en los que he ido mejorando tanto que si fuera por mi me iría a casa ahora mismo. El jueves por la noche tuve un pico de fiebre y otra bajada de hemoglobina (7.5), así que me hicieron una transfusión y me pautaron antibiótico por si había infección. El subidón que te da la sangre nueva sólo lo sabe el que ha pasado por esto. De repente vuelve el color a tu cara, las mejillas se sonrojan, las piernas te responden y caminan, tu cuerpo deja de temblar y vuelves a ser persona.

Me quedo con lo bueno que dijo mi oncólogo: "la neutropenia se asocia con mejor respuesta antitumoral. Ten fuerzas".


martes, 26 de abril de 2016

QUIMIOTERAPIA: EFECTOS SECUNDARIOS

Seguro que muchos se acuerdan de aquellas dos palabras que nos servían para cambiar cromos en el patio del colegio: SILE y NOLE. Ahora que lo pienso suena fatal tanto leísmo, ¿no? "Sí le tengo, no le tengo". En fin...

Últimamente estoy muy vulnerable y tengo constantes cambios de humor, lo que me hace discutir a menudo, especialmente con las personas más cercanas. He pensado que estos vaivenes pueden deberse a la quimioterapia, de la que dicho sea de paso estoy bastante harta.

Google me ha dado la razón. He aquí una lista de los efectos secundarios más comunes de la quimio y su incidencia en mi. Como si de un juego de cromos se tratase.

  • Astenia: sile
  • Náuseas: sile
  • Vómitos: nole
  • Mucositis (acidez): sile
  • Diarrea: sile
  • Estreñimiento: sile
  • Fiebre: nole
  • Alergia / hipersensibilidad: nole
  • Toxicidad cutánea: nole
  • Toxicidad en las uñas: nole
  • Alopecia: sile
  • Fotosensibilización: nole
  • Toxicidad renal y de las vías urinarios: nole
  • Toxicidad neurológica: nole
  • Toxicidad cardíaca: nole
  • Toxicidad pulmonar: nole
  • Embolia: nole
  • Disfunciones sexuales: sile
  • Alteraciones en los órganos de los sentidos: sile
  • Toxicidad hematológica (neutropenia, anemia, leucopenia, trombopenia): sile
  • Trastornos cognitivos (ansiedad, depresión): sile
  • Trastornos del sueño: sile

En cuanto al tema que me más me preocupa (el de mi bipolaridad transitoria), esto es lo que he encontrado:

Efectos en el estado de ánimo

Vivir con cáncer causa estrés y afecta el estado de ánimo. El tratamiento cambia muchas de las funciones normales del cuerpo causando malestares que no existían antes, incluyendo fatiga. Es normal que el paciente se sienta:
  • Débil o vulnerable
  • Asustado
  • Triste o deprimido
  • Solo
  • Ansioso
  • Frustrado
  • Enojado
Que me perdonen los que tienen que hacer de tripas corazón para no pegarme un grito por mis malas contestaciones y mis caras de asco. Les debo un GRACIAS de todo corazón. 

Pero les pido también que me comprendan. Me han tocado unos cromos que nadie quiere cambiar y me he quedado sola en el recreo.

miércoles, 20 de abril de 2016

TRATAMIENTO DE UNA RECIDIVA. CAPÍTULO 3

Esta vez he empezado con muy buen pie.

Día 0 - lunes 28.03. Analítica. Como soy bastante previsora y se que aquello se pone de bote en bote madrugué y llegué al hospital de día a las 07:50. Cuando empezaron a llamar eran, como siempre, las 08:30. Allí no cabía un alfiler. El panorama era previsible después de cuatro días de fiesta por semana santa. Menos mal que al que madruga Dios le ayuda y pude salir de allí a una hora más que prudente.
Cuanto enfermo de cáncer... Qué horror.

Por la tarde tocó TAC para ver la evolución y la respuesta del tumor a la quimio. Otra vez overbooking. Parece que los atascos de vuelta de la semana santa no sólo afectan a las carreteras. En fin...

Día 1 - martes 29.03. Onco y quimio.
Tenía cita con el Dr. Martín a las 09:00 para los resultados de la analítica y el TAC. Si todo estaba bien ese mismo día me darían mi tercera quimio.
Me acompañó mi santo padre y tuvimos que esperar (oootra vez) más de una hora y media porque el Doc estaba en una reunión. Cuando por fin pasamos a la consulta toda la espera había merecido la pena. Los resultados del TAC eran de sobresaliente, el bicho está desapareciendo y las imágenes son una buena prueba de ello.
La analítica estaba bien también. Mis neutrófilos estaban en 1.6 (la vez anterior 0.8), así que podía darme la quimio ese mismo día. Estoy cada vez más convencida de que la bioenergía está ayudando. Gracias Marta por el descubrimiento y gracias Víctor por la dedicación que pones en cada sesión y la paciencia con la que respondes a todas mis preguntas.

17:30 - quimio. Menos mal que otra vez me dieron salita individual con sillón para acompañante, porque esta vez fui con mi madre y así pudimos charlar, ver la tele y echar una cabezadita. A las 21:00 salía del pabellón de oncología del Gregorio Marañón por la puerta grande.

¡¡¡¡Ooooooooolé!!!



Días 2, 3 y 4. Se repite el esquema de las veces anteriores. Todo en orden salvo molestias estomacales y un estreñimiento que me tiene amargada. Necesito limpiarme por dentro y eliminar el veneno, pero no lo consigo. 

Días 5, 6... Empieza la caída física y anímica. Mi único consuelo es que los días que estoy mal como lo que me apetece y todo lo que mi dieta hipermegasana me prohíbe (excepto azúcar y carrne roja, eso nunca): queso, hidratos de carbono en todas las comidas, un poquito de jamón, alguna que otra picadita de patatas fritas, una tapita de paella si cae en mis manos... En definitiva, cuatro o cinco días en los que me alimento de lo que me pide el cuerpo sin privarme de casi nada.
No es que con estos pecadillos la quimio sea más llevadera, pero es una pequeña licencia que me proporciona un enorme placer.
Lo que peor llevo es la acidez. Creo que ya lo he mencionado en algún post anterior, pero es que me amarga todas las comidas. El médico me ha recomendado omeprazol. Voy a ver si con eso mejoro un poquito.

Creo que esta es la vez que peor me ha sentado el veneno. Me ha afectado muchísimo al estómago y al estado de ánimo. Estoy de bajón, triste y me siento sola. No veo el momento de terminar con esta tortura.

Día 10 y sucesivos. Ya pasó lo peor. Es como las veces anteriores, te acuestas hecho un despojo humano y te levantas como si no hubiera pasado nada.

Y dicho esto voy a disfrutar de estos diez días de tregua. 

La próxima la cuarta. Ya veo la luz al final del túnel.


lunes, 4 de abril de 2016

BIOENERGÍA / BIOFEEDBACK

Los que me conocen y me siguen de cerca en este proceso saben que soy muy devota de las terapias complementarias para ayudar en el proceso de curación: alimentación, baños de sal, medicina natural, etc.

Fue mi querida princesa guerrera Marta la que introdujo el término bioenergía en mi abanico de opciones terapéuticas. 

Nuestro cuerpo, al igual que todo lo que nos rodea, es energía. La bioenergía humana se crea cuando se comunican la energía de nuestro cuerpo y la de nuestro entorno afectándose recíprocamente.

La salud, el estado de ánimo, las emociones... todo nos influye bloqueando los campos energéticos correspondientes y produciendo un desfase entre el interior y el exterior. La terapia de bioenergía consiste en equlibrar esas energías y devolverle al cuerpo su fuerza natural para defenderse de las agresiones externas. 

El biofeedback se aplica en multitud de patologías: astenia, depresión, insomnio, migraña, déficit de atención, enfermedades del sistema inmunológico... Dependiendo del problema a tratar se aplica un programa u otro.

En mi caso, y en el de las princesas, el tratamiento es para fortalecer el sistema inmunológico y situarlo en niveles óptimos para poder recibir las quimios. Al llegar a la consulta Víctor (que es nuestro gurú de la bioenergía) te coloca unos electrodos en la frente, muñecas y tobillos. A partir de ahí mediante ondas electromagnéticas empieza a restablecerse el equilibrio. Yo miro hacia mi interior y me imagino a los átomos como esferas brillantes que se mueven flotando y girando hasta que consiguen alinearse como los planetas alrededor del sol. 

Las sesiones, una cada tres semanas, duran 60 minutos y son completamente indoloras.

En cuanto a los resultados, en mi caso tuve 700 neutrófilos entre la quimio 1 y la 2 (sin bioenergía) y 1.600 entre la 2 y la 3. Elena, otra guerrera bioenergética, consiguió después de tres sesiones sus primeros análisis impecables (ni un sólo asterisco) desde que empezó su segundo tratamiento de quimio hace un año.  

No se si habré conseguido hacerme entender en este post porque la ciencia no es lo mio, pero para los interesados hay mucha información en internet.

Yo me voy a preparar porque hoy tengo mi tercera sesión.

viernes, 11 de marzo de 2016

TRATAMIENTO DE UNA RECIDIVA. CAPÍTULO 2

Día 1. Jueves 3/3. Después del clásico analítica + oncólogo llegó la tan esperada segunda quimioterapia. Me han bajado un poco las dosis para que las defensas aguanten bien. 
Nos dieron cita en el hospital de día a las 13.30, así que hicimos horario de guiris y nos fuimos a un restaurante indio a comer a las 12.30. Me comí un plato de garbanzos con verduritas, cúrcuma y jengibre que no se lo salta un gitano y después me eché una siestecita en la sala de quimio. Salí como nueva.






Días 2 y 3. Hago vida completamente normal. A ver cuanto dura lo bueno...

Día 4. Por la mañana empiezo con las inyecciones de Neupogen, esta vez durante siete días para evitar que mis neutrófilos se desplomen. Se repite el esquema del tratamiento anterior. Paso un día estupendo comiendo en casa de mi querida guerrera Lola, pero por la tarde empieza la caída en picado. Bueno, ya sé que son los efectos de la quimio y que se pasarán en unos días. Sofá, series, pelis y grandes dosis de paciencia.

Días 5, 6, 7 y 8. Se nota que la dosis ha sido menor porque estoy menos cansada que la vez anterior. Me puedo mover, tengo apetito e incluso me preparo mi comida. Cuando las fuerzas me lo permiten salgo a dar un paseo con los perros Por la noche me suelo tomar un paracetamol porque me duelen todos los huesos. 

Día 9. Estoy casi recuperada. Sigo con algo de malestar en el estómago. Son sólo reflujos, pero a veces son muy molestos. Es como tener resaca. Tienes sensación de hambre constantemente pero lo que comes no te sienta bien. 
Hoy he ido a mi segunda sesión de bioenergía. Voy a esperar a los resultados positivos (o eso espero) en la próxima analítica para escribir sobre el tema.

Día 10 y sucesivos. Ya pasó. Ahora a disfrutar de unas semanas de tranquilidad y buena salud. 

El bulto sigue decreciendo. Tiene los días contados.






jueves, 3 de marzo de 2016

OTRA VEZ LOS MALDITOS NEUTRÓFILOS

Ha sido una semana interminable hasta que por fin me han dado la segunda quimio. Los chutes estaban pautados cada tres semanas y el primero fue el 4 de febrero (Día Mundial del Cáncer), así que el siguiente tocaba el 25, aunque el oncólogo me citó el 24.

Martes 23/2. Son las 7 de la mañana. ¡Arrrriba! Hoy toca analítica a las 8.

Miércoles 24/2. Visita al oncólogo para revisar los análisis. Suspenso. No tengo suficientes neutrófilos. Hay que ver la guerra que dan esos bichitos (como decía Pilar). El recuento es de 700 y necesito como mínimo 1000. Media vuelta y vuelva usted mañana.

Lo bueno buenísimo es que el doctor me tocó el bulto de la axila y se ha reducido. ¡La quimio está funcionando! Ha pasado de tener el tamaño de una nuez al de una almendra (las dos con cáscara).

Empiezo mi tratamiento de bioenergía o biofeedback para subir las defensas. Dedicaré un post a este tema tan interesante.

Jueves 25/2. Madrugón para ir a sacarme sangre otra vez y visita al Dr. Martín. Los neutrófilos han subido pero no lo suficiente. Ahora tengo 800. Parece que la curva de crecimiento va en aumento, así que a casa a descansar y volvemos a probar suerte el lunes.

Lunes 29/2. Se repite el esquema del jueves (analítica y onco). Más de lo mismo. Esta vez decide ir a lo seguro y me manda inyecciones Neupogen durante tres días empezando ese mismo día. 

A mandar. Me pincho lunes, martes y miércoles.

Jueves 3/3. Una clásica mañana en el hospital con la buena noticia de que mis neutrófilos están en 22.000!!!! Tan alto es el número que los del laboratorio se pusieron como locos a hacer otras pruebas para ver si tenía leucemia. Se tranquilizaron cuando hablaron con el doctor Martín y les dijo que me estaba pinchando Neupogen.

Una semana más tarde de lo previsto me estaban enchufando por segunda vez. ¡Qué alivio! 

Es curioso, al principio no quieres saber nada de la quimioterapia y una vez que empiezas no puedes vivir sin ella. Es un tratamiento muy fuerte, da mucho miedo y en el hospital de día te enfrentas a tu realidad: tienes cáncer. Todas las personas que están allí están pasando por lo mismo que tú y lo que ves no siempre es agradable. 

Esta semana de eterna espera he aprendido que cuando uno está enfermo no se pueden hacer planes a futuro. Hay que concentrarse en el presente y poner todas las energías en la curación. Desde que me pautaron el tratamiento estuve calculando a golpe de calendario cuando terminaría la quimio, cuando me operarían, cuando acabaría la radio... Qué bien, pensaba, para finales de julio está todo finiquitado y tengo el verano para recuperar fuerzas y volver a trabajar. 

Pero las cosas no siempre son sota, caballo y rey. Ahora el que manda es el oncólogo y esos neutrófilos que nos vuelven locos a todos.


martes, 23 de febrero de 2016

TRATAMIENTO DE UNA RECIDIVA. CAPÍTULO 1

Día 1. Jueves 4/2. Empiezo la quimio a las 10.15. Sala individual con sillón cómodo para mi acompañante (mi inseparable Isam, por supuesto). Primero unas bolsitas de suero y otros líquidos para evitar las náuseas. Después el taxotere (docetaxel) durante más o menos una hora. Para retrasar la caída del pelo y favorecer el crecimiento posterior me colocan un casco de gel congelado que me hace sentir muchísimo frío.... Todo sea por estar bella. A continuación el carboplatino (esta vez sin casco) durante otra hora y para terminar una bolsita de suero para hidratar.
Salgo del hospital como nueva. ¡¡1er chute superado!!
Paso un día muy tranquilo y sin efectos secundarios de ningún tipo.









Día 2. Me colocan el portacath. Fácil y rápido. 
El oncólogo me ha recetado un antibiótico durante cinco días (ciprofloxacino) para que no se me infecte la herida del porta por la bajada de defensas que pueda causarme la quimio.
Además hoy empiezo con dexametasona 8 mg durante dos días para contrarrestar algunos efectos secundarios como las náuseas.
Sigo sin síntomas post quimio, aunque ya me advirtió el oncólogo que lo peor es entre los días 4 y 9.
Justo hoy me han confirmado que me han aceptado en el ensayo de Novartis. Ya no puedo entrar por haber empezado el tratamiento. Sigo pensando que mi decisión ha sido la correcta.

Día 3. Sin efectos secundarios. Hoy termino con la dexametasona. Durante el día me doy un par de paseos con mi familia (que es maravillosa). Me sientan estupendamente. El frío me despeja. Por la noche me noto un poco más cansada, pero nada que no se cure con meterse temprano en la cama.

Día 4. Me despierto como nueva después de dormir 10 horas. Paso la mañana en el Retiro disfrutando de un día de invierno soleado de Madrid de esos que tanto me gustan. La luz es especial. Por la noche empiezo con las inyecciones de Neupogen durante 5 días. Son para hacer trabajar a la médula y estimular la producción de defensas entre otros.

Días 5 al 8. No soy persona.
Los efectos de la quimio aparecen como estaba previsto. Los días se me hacen eternos. Tengo muchas molestias en el estómago, las piernas me flaquean, la cabeza me da vueltas, la lengua se me ha puesto blanca. Lo único que quiero es estar tirada en el sofá todo el día. No me acostumbro a sentirme así de mal. Soy una persona muy activa que siempre tiene que estar haciendo o pensando en hacer algo. Ahora no puedo ni con lo segundo.
El jueves termino las inyecciones de Neupogen. A partir de ahora estoy libre de medicación.

Día 9. ¡Buenos días! ¡He renacido!
Si alguien me dice que de la noche a la mañana iba a volver a ser yo le habría mandado a tomar Fanta. Pero ha sido tal cual. De 0 a 100. Cuando me metí anoche en la cama no tenía fuerzas ni para lavarme los dientes. Sin embargo hoy me he despertado como nueva, me he pegado un buen desayuno y me he ido a la calle como si nada hubiera pasado,

Días 10 y 11. Sigue la buena racha. Estoy en plena forma. Pensando pensando me doy cuenta de que los días malos han coincidido con las inyecciones, así que busco el prospecto y leo los efectos secundarios. ¡Voilá! Síntomas gripales, náuseas, diarrea o estreñimiento, astenia, debilidad, dolor de huesos, malestar general, fiebre y un largo etcétera. 

Día 12. Vuelvo al gimnasio.¡Qué ganas tenía! Todavía llevo los puntos del porta, así que no puedo hacer ejercicios muy bruscos. Curiosamente, el cirujano que me lo colocó me recomendó un programa de andar rápido en la cinta con el que se hace mucho cardio pero sin impacto. Todo esto en una conversación de quirófano. Mientras él hurgaba buscando la vena para pinchar el catéter yo le bombardeaba a preguntas: ¿puedo hacer deporte? ¿me puedo duchar¿ ¿cuántos puntos me vas a poner? ¿me has abierto por el mismo sitio que la otra vez? Si ya lo tengo dicho, o me sedan o no me callo.


Días 13 al 19. Hago vida completamente normal. Me cuido mucho para prepararme para la próxima sesión de quimio: voy a terapia, voy al gimnasio, doy largos paseos, como muy sano, bebo mucha agua, duermo mucho e incluso me he podido ir un par de días a esquiar (con permiso de mi médico de cabecera, por supuesto). La nieve ha sido la mejor terapia. Me ha hecho darme cuenta de que sigo en forma y de que ni el veneno ni el bicho han podido conmigo.




Día 20. Vuelvo al hospital después de tres semanas. Toca analítica. Mañana a las 10.00 tengo consulta con el oncólogo. Si los análisis están bien paso al hospital de día para el segundo chute.

A esta ronda invito yo.