jueves, 21 de diciembre de 2017

LA LUZ AL FINAL DEL TUNEL

Han sido unos meses muy largos y muy duros. He visto la oscuridad más absoluta. Tanto que todavía no me creo que estoy en casa recuperándome. Brilla el sol de invierno que tanto me gusta, puedo salir a pasear, puedo vivir sin oxígeno, puedo jugar con mi hija y disfrutar de todo lo bueno que me da la vida.

Esta vez ha sido la pleura. La metástasis me dolía tanto que me pasaba las noches en urgencias gritando para que se acabara esa pesadilla. Me dieron tanta medicación para quitarme el dolor que me dejaron hundida en las tinieblas. No sabía quién era, no recuerdo nada, solo que me dolía tanto que me quería morir.  Finalmente y tras varios ingresos en la clínica La Luz y 3 talcajes de pleura que no sirvieron de mucho, encontramos un oncólogo que me puso un nuevo tratamiento de quimio que me devolvió la vida.

Salí del hospital sin poder andar, sin poder comer y pesando 40 kilos.

Hoy estoy en casa intentando recuperar peso, dando paseos disfrutando del sol y dando gracias a todos los que me han ayudado en este difícil bache del que todavía me tengo que recuperar.


Es precioso vivir.

martes, 24 de octubre de 2017

PP (PUTA PLEURA)

Hola, aquí estoy de nuevo.

Pero esta vez vengo triste, cansada, deprimida y dolorida.

Después de la operación del derrame de pleura pensé que el dolor se iría, pero al ser producido por metástasis no puede desaparecer hasta que esta haga lo propio.

El oncólogo me explicó que las metástasis en la pleura son como granitos de arroz que se mueven a sus anchas por el líquido pleural. A veces hay escapes y ahí es donde el líquido se filtra al pulmón.
¿Solución? Paella de pleura. Se cuece con quimioterapia hasta que no quede ni un grano vivo.

Y en esas estoy ahora. Otra vez enchufada en la sala de torturas y midiéndome los neutrófilos cada 15 días.

Me quedé fuera del ensayo, es evidente. Por muchas lesiones tumorales que tengas tiene que haber alguna tan grande que sirva para medir la eficacia del ensayo. No es mi caso.

Acompaño la quimio con un montón de drogas que me tienen todo el día flipando en colores.

Os prometo que no soy yo. Estoy triste, no quiero salir, no quiero hablar con mis amigas, lloro todas las noches desesperada porque este dolor crónico no me deja vivir. Grito a quien me quiera escuchar que necesito ayuda. Y no me importa contarlo.

Quiero volver a ser Luz

martes, 19 de septiembre de 2017

DES-PA-CI-TO

Estoy pasando los peores días desde que el cáncer llamo a mi puerta.

Me operaron del derrame pleural el miércoles 6 de septiembre. Todo fue bien. Me sacaron un litro de líquido. Y yo me pregunto ¿cómo se puede sacar tanto de un pulmón tan pequeño??? No lo sé, pero eso es lo que dice el informe. 

La cirugía es relativamente rápida y sencilla. Entran por un costado, te aspiran el líquido, te talcan la pleura a modo de soldadura y te ponen un drenaje un par de días.

Hasta ahí todo bien.

Lo que nadie te cuenta es lo doloroso que es el postoperatorio. Los que más o menos me conocéis y me leéis sabéis que soy de fácil recuperación y que me quejo bastante poco. Sirva como ejemplo la paella familiar que organizamos el año pasado tres días después de que me abrieran la cabeza. La gente pensaba que estaba loca. Jeje.

Pero superwoman es de carne y hueso y esto me ha superado con creces. Recordemos que vengo arrastrando una contractura desde hace algo más de un mes en el omoplato derecho. Si a esto le metes un litro de líquido en el pulmón del mismo lado se te forma un pedrusco en la caja torácica que "paqué". 

Estuve ingresada diez días. Salí del hospital más dolorida de lo que entré. Me duelen el cuello, la espalda, los pulmones… Duelen tanto que se me saltan las lágrimas, pataleo y grito por qué a mi, por qué a mi.

He ido a urgencias, casi pido cita con la unidad del dolor, he hablado con casi todos los oncólogos que me han atendido. Y todos dicen lo mismo: paciencia y unas buenas dosis de pastillas. Tomo tantas drogas que soy incapaz de estar activa como a mi me gusta. No estoy cómoda sentada ni tumbada ni de pie, no hago ejercicio, me falta el aire al caminar… y podría aburriros con mil dolencias más pero basta ya.

Vamos con las “buenas” noticias.

Se ha confirmado que mi derrame es metastásico, lo que me convierte en candidata a entrar en un ensayo clínico para probar un nuevo tratamiento de inmunoterapia que dura dos años.

Si nada se tuerce (aparte de mi columna), empezaré la próxima semana. Dicen que la inmunoterapia es el tratamiento del futuro.

Os informo en unos días en cuanto regrese del futuro después de mi primera sesión.

P.D. Se aceptan consejos sobre cómo acelerar la recuperación de una cirugía de pleura. Soy toda oídos.

domingo, 3 de septiembre de 2017

DERRAME PLEURAL

Feo título para haber pasado más de un mes sin escribir, ¿no?

Antes de empezar quiero saludaros de nuevo. Espero que todos hayáis pasado un buen verano relajados y descansando.

Yo lo he intentado. 

Me he ido unos días (muchos) a #milugarenelmundo. Terminé las 25 sesiones de radio y salí por patas de Madrid. No quería ver un hospital ni en pintura.

La radio es más puñetera de lo que parece. Cuando te la están dando no duele. Las sesiones son rápidas y te entretienes restando las ya has pasado y contando las que te quedan.

Pero pasados unos días te duele todo, especialmente si te han irradiado la zona dos veces como es mi caso.

Fue poner el pie en la playa y la contractura de la espalda empezó a dolerme como nunca. Era un pinchazo constante de esos que te recuerdan a un dolor de muelas o de oídos. Una pesadilla. Me harté de tomar calmantes y antiinflamatorios. Fui al fisio, al osteópata e incluso a acupuntura. Nada. El dolor no se iba. Tenía muy claro de dónde venía porque la contractura que tenía a la altura del omoplato era tan grande que se notaba a simple vista, sin necesidad de tocar.

Por fin un día me decidí y fui a urgencias al hospital. Me hicieron una placa de tórax y no vieron nada. Diagnóstico: contractura muscular y de la caja torácica en general producidas por la radioterapia.

Pasé las vacaciones con mis más y mis menos, pero al volver me dio un dolor tan fuerte en la espalda que se me saltaban las lágrimas. Esta vez era distinto. Era más intenso y en la zona media-baja. Otra vez a urgencias. Esta vez el diagnóstico fue muy claro: derrame pleural derecho.



Ese mismo día fui a ver a mi oncólogo. Estaba muy asustada. Me mandó ingresar de inmediato para drenar el derrame y ver lo que hay debajo del líquido.

Y aquí llevo 3 días esperando. Me tienen que “colar” en un quirófano porque mi cirugía no estaba programada. Ingresé el jueves por la noche, el viernes me hicieron otra placa para reconfirmar y luego llegó el fin de semana. 

Y así, entre pitos y flautas, pasan los días en la habitación 305 de oncología del hospital Gregorio Marañón.


Seguiremos informando. A bientot!

sábado, 29 de julio de 2017

VACACIONES

He llegado a #milugarenelmundo. Por un mes no quiero saber nada de médicos, fisios, TACs, resonancias ni nada que suene o recuerde a hospital.

Me lo he ganado. 

El pasado 21 de julio terminé la radioterapia. 25 sesiones. Se dice pronto, pero son 5 semanas yendo al hospital cada día a que te chuten un rayo que se supone te cura la lesión, pero que te deja unas secuelas importantes. Me duele todo, pero sobretodo la espalda y la zona radiada. Tengo una contractura que no se me pasa ni con fisio, ni con anti inflamatorios. Cuestión de tiempo dicen los que saben.

Antes de terminar la radio me hice un TAC corporal y fui a ver al oncólogo. A día de hoy el TAC sigue sin estar informado por el radiólogo,  pero a simple vista no se observa un empeoramiento.

Así que carretera y manta. Me llevo mi quimio oral y un volante para una analítica entre ciclo y ciclo. Eso es todo. El resto de mi tiempo me lo voy a dedicar a mi. Estas vacaciones son un regalo que me hago a mi misma por ser valiente, tozuda, curiosa, cabezota, fuerte, por no rendirme, por no parar hasta obtener la respuesta que necesito, por caer y levantarme una y cien veces y por aferrarme a la vida con tanta fuerza que a veces duele. 

Voy a compartir este regalo con mi marido, mi amor, mi apoyo, mi pañuelo de lagrimas, mi acompañante,  mi sostén, mis ojos, mis oídos y mi boca. Cuando las noticias me dejan paralizada él siempre esta ahí para cubrir mis silencios. Gracias AMOR. Con mi hija. Lo mejor que me ha pasado en la vida. Te adoro.

También con mis amigos y amigas, los buenos, los de toda la vida, los que no paran de llamarte para darte apoyo, los que siempre tienen tiempo para desayunar conmigo, comer o incluso asistir a mi fiesta sorpresa. Os quiero infinito.

Y con mi familia. Con los que disfruto de este paraíso al que llamo #milugarenelmundo y al que me gustaría retirarme.



Nos vemos en septiembre. Disfrutad y descansad, vuestro cuerpo os lo agradecerá. 

Hasta pronto.

sábado, 15 de julio de 2017

HOY

Hoy Sofía me ha recordado que hace tiempo que no escribo. Y tiene razón. Me he dejado engullir por las malas noticias y he vuelto a esconder la cabeza y desaparecer.

No pasa nada. No está mal. No me juzgo por ello, pero intento aprender de la experiencia y si algo me ha enseñado esta enfermedad es que hay que seguir adelante pase lo que pase.

Así que aquí estoy otra vez deseando contar cosas y que la gente las lea. Y no sólo eso, sino que encima resulten interesantes.

Hoy me he reencontrado con compañeros del trabajo y me he dado cuenta de lo que la gente vale y de lo mucho que me aprecian. GRACIAS.

Echo de menos la oficina. Mucho. Pero sobretodo extraño a la gente. Estar del otro lado me permite ver con otra perspectiva y conocer mejor a las personas. No exagero si digo que hoy he descubierto nuevos amigos. Me siento bien, muy bien.

En cuanto a la enfermedad pocos avances, lo cual me imagino que es bueno. Sigo pendiente de entrar en un ensayo clínico nuevo que empieza en septiembre.

Hasta entonces sólo quiero perderme en #milugarenelmundo y disfrutar de la vida que me está dado tanto.

martes, 20 de junio de 2017

MUCHO QUE CONTAR, POCO QUE DECIR

Hace varias semanas que no escribo. He estado muy ocupada haciéndome pruebas.

Vamos por partes:

Me operaron la axila el 8 de mayo. No era un ganglio lo que había, sino una adenopatía adherida a la pared axilar. Decidieron darme radio y ahí empezó la maratón de pruebas radiológicas.

Mi oncólogo, el Dr. Martín, me mandó un PET TAC post cirugía para ver como estaban las cosas por la zona operada y por el resto del cuerpo. Los resultados no fueron del todo alentadores. Mi cuerpo captaba contraste en 3 sitios diferentes, lo que significa que había "posibilidad" de metástasis en tres puntos. El más significativo la pala ilíaca izquierda. La cadera, hablando en castellano del español de a pie.

"Vamos a hacerte una resonancia de pelvis para ver lo que es porque no está claro". 

Otra prueba...

Entretanto idas y venidas a oncología radioterápica: un TAC para marcar el punto de irradiación; cálculos de los metafísicos para no pasarse con el rayo y achicharrarme la zona; corre a tu antiguo hospital y tráeme los datos de la radioterapia anterior... Y todo esto con prisa, porque son 5 semanas de radio y yo ya tengo mi billete para las vacaciones familiares desde hace meses y necesito el mar como el comer.

Todo llega. Por fin el lunes 19 de junio empecé el tratamiento de radioterapia en la axila. 5 semanas. Justo para terminan y subirme al avión.




En paralelo a mi periplo radiooncológico me hice la reso de pelvis. Confirmado: metástasis ósea en la cadera izquierda. ¡EPTC! (lo siento, esta expresión sólo pueden entenderla mis amigos más cercanos).

En dos días veo al oncólogo y definiremos los pasos a seguir. ¿Quimio? ¿Radio? ¿Cirugía? ¿Inmunoterapia? A sus órdenes Dr. Martín. 

¿Cómo me ha sentado la noticia? Mal, muy mal. 

¿Qué voy a hacer? Seguir, siempre seguir.  

domingo, 28 de mayo de 2017

SE HACE CAMINO AL ANDAR



Estoy que no paro. Me he aficionado a las caminatas.

Mientras todos practican el deporte de moda, el running, yo me dedico a andar a paso ligero. Porque me gusta, porque es bueno para mis huesos y porque me ayuda a mantener al bicho a raya.

Todo empezó el pasado 13 de abril, semana santa. Estaba de "vacaciones"  intentando relajarme y no pensar. Sabía que tenía bicho otra vez y estaba furiosa.

Mucho.

Me tendrían que operar de nuevo y eso significaba, entre otras muchas cosas, tener que dejar mi entrenamiento de natación por lo menos durante un mes. Quitarme eso era como dejarme inmóvil y sin aliento. Voy tres veces a la semana a nadar con el club de nadadores del GO Fit y es mi vía de escape a tantas horas sin hacer otra cosa que ir de médico en médico.

Así que me puse las zapatillas y eché a andar. Rápido, porque si no no sirve para nada. Y noté como mi corazón latía con fuerza y como la rabia se iba con cada exhalación.

Y me sentí viva.

En ese momento tomé la decisión de hacer eso todos los días. Un poquito más rápido y más lejos cada día.

Cuando estoy triste, enfadada o cansada y no tengo ganas pienso: "bicho de mierda, si no te mato con quimio te mataré con oxígeno".

Entonces me pongo las zapatillas y sigo haciendo camino.


lunes, 15 de mayo de 2017

MI ADICCIÓN A LOS QUIRÓFANOS

Miren por donde le he cogido el gustillo a eso de pasar por quirófano. 

Siestas eternas, colocón gratuito incluido, y dulces despertares en la sala de reanimación. Lo confieso, no tengo miedo a esas salas frías y llenas de batas verdes. 

Entras allí y te cuidan como si fueses su paciente predilecto. Te ponen una manta que expulsa aire caliente para que estés bien cómoda y te dan conversación hasta que te duermes. Una gente adorable.

Cuando te despiertas no te acuerdas de nada ni de nadie. Estás metido en un sueño profundo del que no quieres salir. ¿Para qué? No te vas a volver a ver en otra igual. Sin ruidos, sin teléfono, sin gente, sin niños, sin perros, sin obligaciones. Lo único que tienes que hacer es descansar. Ni el mejor hotel cinco estrellas te ofrece eso. ¡Y es gratis!

Hablando en serio... estos son mis argumentos cuando la gente me pregunta extrañada si no tengo miedo al quirófano. Es que son muchas veces, oiga, y una va desarrollando sus tablas.

La última vez hace una semana. 

Me operaron del nódulo en la axila y de un bultito chiquitito en el pecho izquierdo (cerca del esternón). Dicho y hecho. Rápido e indoloro. Me ingresaron el día anterior y no me mandaron a casa después de la cirugía porque no conseguían que me despertara del todo. Estaba en la gloria.



Ahora viene lo malo: la anatomía patológica y un PET TAC corporal completo. Eso sí que me da miedito. No consigo acostumbrarme. Cada vez que entro en una de esas máquinas me tengo que tomar un lexatin y el no saber nada durante una semana me genera muchísima ansiedad. Nada se puede hacer contra eso salvo tratar de no pensarlo mucho y respirar hondo.

En unas semanas sabré los próximos pasos. Espero estar preparada para lo que viene.

P.D. Ya son casi 70.000 las visitas al blog. GRACIAS a todos lo que me leéis. Jamás me imaginé que mis palabras llegarían a tanta gente. 

miércoles, 3 de mayo de 2017

MÍRAME A LOS OJOS, NO A LA CABEZA

Que se te caiga el pelo es un drama, sobre todo para las mujeres. Lo sabemos bien las que hemos pasado por eso. 

Te pones la peluca. Pica, da calor, está tiesa como la mojama y como tú la notas crees que los demás también. Sientes que todas las miradas se dirigen a ti. Pobre, lleva peluca... tiene cáncer.

Los pañuelos son una opción mucho más colorista y si aprendes a ponértelos con gracia dan mucho juego. Pero otra vez todos te miran. Bonito tocado... pero pobrecilla... tiene cáncer.

Y hablando de miradas... si hay algo peor que se te caiga el pelo es que se te caigan las pestañas y las cejas. La cara pierde toda su expresión y de repente eres otra persona.

Por suerte hay soluciones para evitar que esto pase y de eso quiero hablaros hoy.

Microblading de cejas

Es una técnica de maquillaje semipermanente. El pelo se dibuja uno a uno dando a las cejas el volumen y color deseado, lo que proporciona un aspecto muy natural. 

El efecto del microblading dura entre año y año y medio.

Mi consejo: háztelo cuando te diagnostiquen y antes de empezar la quimio. Esto permitirá al profesional trabajar sobre la ceja natural respetando volumen y forma. Cuando se te caiga el pelo seguirás teniendo cejas y tu imagen en el espejo será la de siempre.
Cuando te crezcan después del tratamiento hazte un retoque para mantener la forma original.

Extensiones de pestañas

Está bien, lo reconozco, me las pongo para estar más guapa. Pero tiene su explicación. Yo tenía unas pestañas tan largas que cuando era joven me las recortaba para que no me chocaran con el cristal de las gafas de sol. 

Quién me iba a decir a mi que años más tarde se me caerían todas y cada una de aquellas pestañazas y que ya nunca volverían a salirme como antes. Ahora tengo menos y son más cortas.

Las pestañas es el pelo que más tarda en volver a crecer después de un tratamiento de quimioterapia.

Mi consejo: cuando empiecen a crecer ponte unas extensiones. Recuperarás de inmediato la mirada y lucirás una cara más saludable. Si además ya te has hecho las cejas ni te cuento. La autoestima se dispara y resurges como el ave Fénix

La estética durante el tratamiento es fundamental. Leed, informaos en algún centro especializado y seguid estos dos pequeños consejos que os doy hoy.

La cara es el espejo del alma y la mirada el arma más poderosa de seducción.



P.D. Estas cejas tan maravillosas me las ha hecho https://www.facebook.com/mamen.canizaresgomez
Es una genia en microblading y micropigmentación.

miércoles, 12 de abril de 2017

EL BICHO HA VUELTO

Fue justo en la Semana Santa de 2014 cuando esperaba ansiosa el resultado de mi primera punción. Fue positivo. 

Tres años después, cuando creí que todo estaba superado, la historia se repite. Con la diferencia de que ahora ya se que me voy de vacaciones con el bicho puesto.

Sí, la enfermedad da la cara de nuevo. Esta vez en la axila (2ª recidiva) y debajo de la piel del otro pecho. Parece poca cosa, pero las células ya están en la sangre y hay que cambiar la estrategia de ataque.

El primer paso es el quirófano. Hoy están discutiendo mi caso en el comité de tumores del Gregorio Marañón. En un rato sabré la fecha de la cirugía.

Después hay que analizar lo extraído con detalle para conocer a fondo al enemigo y diseñar el plan de acción. Lo más probable es que me metan en un ensayo clínico, así que se abre un nuevo abanico de posibilidades.

No voy a negar que estoy cabreada y rabiosa, pero la experiencia es un grado y esta vez me lo estoy tomando con más calma (creo). Cualquiera diría que hace una semana estaba gritando de alegría en la calle porque los resultados de mi TAC corporal y mi reso de cráneo eran perfectos. 

Esos resultados me daban unos meses de tregua. Estaba feliz. 

Pero tocando tocando una acaba encontrando. Y así ha sido. Son dos lesiones pequeñas y superficiales que no se detectan en un TAC. Lo dicho, NO HAY QUE BAJAR LA GUARDIA NUNCA.

Soy una persona más terrenal que espiritual, así que por mi parte seguiré con la comida sana (sin hacer tantas trampas), con el deporte, con las charlas con las amigas y disfrutando a tope de mi familia. Ellos son mi mejor medicina.

miércoles, 5 de abril de 2017

LABIOS ROJOS PARA LOS DÍAS FLOJOS

La semana pasada estuve en una charla muy interesante de la coach Mónica Vercelli: "rutinas para quererte más".

Parece una tontería, pero es tan importante quererse a uno mismo como que nos quieran.

Fueron consejos muy sencillos, muy básicos e increíblemente eficaces. Me quedaron grabados algunos tan bonitos como los que os cuento a continuación.

1. Morros rojos para los días lluviosos.
Un gesto tan simple como pintarte los labios de rojo y salir a la calle con la cabeza bien alta tiene el inmenso poder de subirte la autoestima y cambiarte el estado de ánimo.

2. El bote de la felicidad.
Escribe cada día algo bueno que te haya pasado. Por muy mal que te esté yendo siempre pasa algo bueno (una llamada, un café con un amigo, una buena película, una comida rica..). Mete el papel en un bote y guárdalo hasta fin de año. El 31 de diciembre ábrelo y lee lo que has escrito. Verás la cantidad de cosas buenas que te han pasado y empezarás el año nuevo lleno de fuerza y energía.

3. Acepta un cumplido.
Di gracias cuando te digan algo bonito. No des explicaciones (es que hoy he ido a la pelu, es que me he maquillado...). Sólo da las gracias, quédate con lo bueno y despliega una enorme sonrisa.

4. Abrazos de 6 segundos.
No dejes que los abrazos sean simplemente una forma de saludarse o de despedirse. Conviértelos en signos de cariño y de amor. Abraza a los tuyos con más frecuencia y retenlos durante al menos 6 segundos. Verás la satisfacción que produce.

Estas semanas estoy sometida a mucho estrés con la revisión rutinaria. Pruebas, médicos, espera de resultados y todo los que muchos ya sabéis. El subidón de una prueba superada se transforma de inmediato en nervios por la siguiente. Esas constantes subidas y bajadas de ánimo me ponen los nervios a flor de piel. Mi cabeza no para de imaginar lo inimaginable y preguntas como el "¿y si...? aparecen en mis pensamientos como una mosca cojonera que no quiere dejarme en paz. 

Charlas como la de Mónica me sacan de la agonía y me devuelven la confianza en que todo va a salir bien. 

Y de repente tengo ganas de pintarme los labios de rojo y salir a la calle.




domingo, 26 de marzo de 2017

MADRID CORRE CONTRA EL CÁNCER

Hoy he corrido mi cuarta carrera contra el cáncer
Lo he vuelto a conseguir. 
He llegado a la meta.

El buen rollo que había esta mañana en la Plaza de Colón es difícil de describir. 
15.000 inscritos y otros tantos anónimos corriendo por una causa común que nos afecta a todos y que es de todos. Ha sido muy emocionante.

Allí estábamos la familia casi al completo (la pequeña se quedó en casa descansando).


Allí estaban los organizadores y voluntarios de la AECC. Gracias a todos por la labor tan importante que hacéis.

Y allí estaba mi fisio Curro Millán tratando a los corredores al terminar la carrera. Curro dirige el Instituto Fisiomédico, un centro especilizado en fisioterapia oncológica

La fisioterapia oncológica se ocupa de los pàcientes de cáncer durante todo el proceso del tratamiento:

- Preparación de la piel y los tejidos para la operación.
- Tratamiento de cicatrices post quirúrgicas. A la mayoría de las mujeres nos preocupan las "marcas" tan poco estéticas que los cirujanos dejan en nuestra piel.  
- Recuperación de la movilidad del brazo tras el vaciamiento axilar.
- Tratamiento del seroma post quirúrgico. 
- Flexibilidad y movilización de las prótesis encapsualdas tras la radioterapia.
- Tratamiento del linfedema con los mejores resultados.

Conocí la fisioterapia oncológica en un congreso para pacientes de mama. Cuando me enteré de todo lo que podían hacer por mi no lo dudé ni un segundo y una semana después de mi primera cirugía (en noviembre de 2014) me planté allí. No tenía nada que perder y sí mucho que ganar. Hoy muevo el brazo derecho con toda normalidad y mis cicatrices de la doble mastectomía son casi imperceptibles (no pongo foto por no herir la sensibilidad de nadie y porque aún me queda algo de pudor). 

Por desgracia esta rama de la fisioterapia aún no forma parte del tratamiento convencional contra el cáncer, pero espero que algún día se le de la importancia que merece.

Cova y Pilar, esta carrera y las que me quedan van por vosotras. 

TO LIFE


sábado, 4 de marzo de 2017

COVA

Hoy algo se ha roto para siempre en mi interior. Hoy las princesas guerreras hemos perdido una patita. Hoy se ha ido Cova.

Cova, Covalski, Covi, Covichu, Covidonga. La madrileña con más carácter que he conocido. La chica que enferma, sin pecho y con un pañuelo en la cabeza para tapar su calvicie se llevó de calle al ebanista más dicharachero de Vallecas.

Joaki, un gentleman que pico pala pico pala consiguió conquistar a la rebelde que Cova llevaba dentro. Una historia de amor de película.



Cova, eres una gran amiga. En estos años has sido una parte muy importante de mi vida. En los buenos momentos y en los malos siempre estabas disponible para una charla acompañada de un té, un vino o un shusi.

Te has ido demasiado pronto. Nos has dejado huérfanas.

Hoy un pedacito de mi corazón se ha muerto para siempre.

Descansa en paz linda Cova. Te quiero infinito.

lunes, 27 de febrero de 2017

INCAPACITADA... ¿YO?

¿Alguien recuerda el post "dulce rutina" que escribí hace poco? Para los que no quieran releerlo (yo lo he hecho), en él explicaba lo largo y tedioso que es el proceso de reincorporación al trabajo cuando has agotado el tiempo máximo de incapacidad temporal. Hablaba del expediente de incapacidad permanente que me había abierto el INSS de forma automática al agotarse mi baja, al cual renuncié en el apartado de alegaciones. 

Cuestión de tiempo y de burocracia administrativa hasta que vuelva a trabajar pensé. Calma. Ante todo mucha calma.

¿Quieres café??? Pues toma dos tazas. 

El Estado ha decidido declararme una incapacitada permanente absoluta, lo que significa que aunque quiera y aunque me encuentre bien, la Seguridad Social ha decidido que no estoy capacitada.

De la noche a la mañana y sin pedirlo me he vuelto pensionista. 

¿Pensionista? Suena a persona mayor, a jubilación. Pero no. Es un sueldo que te paga el Estado para cubrir tus necesidades y el vacío que queda cuando dejas de percibir la nómina. 

Contado así suena hasta bonito. Papá Estado te da más tiempo para descansar y recuperarte. Pero no es oro todo lo que reluce. Que te declaren incapaz duele mucho, y que la empresa suspenda tu contrato y te encuentres de repente sin oficio ni beneficio aún más. 

La incapacidad permanente absoluta es revisable y la empresa tiene que guardarte el puesto de trabajo durante dos años. Pero eso no significa que vayas a volver. Todo dependerá de como estés en el momento de la revisión y de lo que decida el tribunal médico del INSS. 

Mientras tanto has perdido la conexión con tu trabajo y con tus compañeros, te han finiquitado, has devuelto el móvil, el ordenador y la tarjeta de entrada. Has perdido hasta la antigüedad.

Mi terapeuta dice que es un duelo que hay que pasar y que lleva su tiempo. No me cabe la menor duda de que lo superaré como he hecho con otros tantos duelos que se me han presentado en la vida.

Soplan vientos de cambio y aquí estoy para capear el temporal.

Como dice Bob Dylan... "For the times they are a-changing".

miércoles, 15 de febrero de 2017

LA BATALLA DE LA VIDA

Hoy es el día mundial del cáncer infantil y todas las pantallas y las redes sociales se llenan de mensajes con palabras como "lucha", "resistir" y "batalla". 

No es que me moleste. Al contrario. Es sólo que pienso que es muy fácil que se nos llene la boca de palabras valientes en días concretos y determinados.

Pero la vida en sí es una batalla en la que hay que luchar cada día. Unos luchan por vencer al cáncer, otros por encontrar un trabajo digno con el que mantener a sus familias, otros para combatir las injusticias sociales... El caso es que cada uno tiene sus motivos para levantarse cada día, ponerse la armadura y vivir. 

Muchas personas han elogiado mi actitud frente a la enfermedad, mi fuerza para ponerme en marcha, seguir e incluso ver el lado positivo de lo que me está pasando. Resiliencia lo llaman. Yo siempre digo que no es meritorio tener una actitud positiva, es necesario. 

Desde que nacemos estamos expuestos a las amenazas de la vida. Eso es vivir. 
Vivir es luchar. Vivir es abrirse camino. Vivir es sortear obstáculos y avanzar. Vivir es mantenerse a flote. Vivir es sobrevivir.

Eso es lo que hacen cientos de niños y adolescentes a los que el cáncer les ha arrebatado la posibilidad de tener una vida "normal". Gracias a todos los que hoy habéis transmitido mensajes de aliento y esperanza. Hagamos que no queden en el olvido hasta el 15 de febrero de 2018.

https://www.youtube.com/watch?v=qCeAIFtFVvk

https://www.youtube.com/watch?v=yqLDL86oB5g

https://www.youtube.com/watch?v=8WATgU5PduE

 

miércoles, 1 de febrero de 2017

MI CÁNCER Y YO



Se acerca el día mundial del cáncer y el aniversario del inicio de mi quimio con carboplatino.

Y aquí estoy.

Soy la misma pero distinta. Tengo otros valores, otras prioridades e incluso otro look.

Nos guste o no el cáncer forma parte de nuestras vidas. Es una epidemia que no distingue entre ricos y pobres, jóvenes y mayores, mujeres y hombres... Todos estamos expuestos. Y si no que levante la mano el que no tiene a alguien cercano que tenga o haya tenido cáncer.

Cuando te toca es una desgracia, se te desgarran el alma y el cuerpo y piensas ¿por qué a mi si yo no he hecho nada? Y no hay respuesta. No es tu culpa ni la de nadie y no sirve de nada darle vueltas. El cáncer ha llegado y lo único que puedes hacer es plantarle cara.

De eso va mi post de hoy.

¿Qué puedo hacer yo?

La respuesta es MUCHO.

Cuando te diagnostican todo son temores: miedo a morir, miedo a la quimio y a sus efectos secundarios, miedo a perder el pelo, miedo a hablar del tema, miedo a lo desconocido... miedo, mucho miedo.

Los médicos se convierten entonces en tus mejores consejeros. Te guían, te ofrecen el mejor tratamiento posible y pasas a depender de ellos para todo. 
El oncólogo es el gurú que todo lo sabe y el que va a marcar tus pasos porque sientes que tu vida está en sus manos. No harás nada sin consultárselo.

Es tal la dependencia que se crea que te olvidas de que nadie te conoce mejor que tú y que, aunque necesitas la medicina para curarte, puedes (y debes) poner de tu parte para que el tratamiento sea lo más efectivo posible.

Tu aportación al proceso debe empezar por la PREVENCIÓN: autoexploración, revisiones ginecológicas periódicas, alimentación sana, deporte y estar bien con uno mismo son claves para prevenir el cáncer.

Aún así nadie es infalible y por mucho que cumplas con los consejos anteriores te toca. Es entonces cuando tienes que tomar consciencia de lo que pasa y poner toda la carne en el asador.

La alimentación es CLAVE para paliar los efectos secundarios de la quimio y mantener la energía durante el proceso. Ya he hablado de esto en un post anterior, pero la experiencia me ha demostrado que es tan importante que me estoy especializando en el tema estudiando sobre ello.

El deporte, otro de los pilares del bienestar, la mejoría y la supervivencia. Haz lo que puedas, no te fuerces, pero haz algo: sal a pasear, nada, corre o baila. Todo vale para que el corazón bombee sangre y eliminar toxinas.

Escucha a tu cuerpo. Aunque no lo creas te habla.
Comenta con tu médico todo lo que sientas y lo que te pase por la cabeza. No te quedes con las ganas de preguntar por tonto que te parezca lo que vas a decir.

Pide pruebas si crees que las necesitas. Una resonancia craneal me detectó una metástasis cerebral a tiempo y gracias a eso sigo aquí escribiendo.

Consulta a otros médicos. Pide una segunda opinión, una tercera y una cuarta si hace falta. Te parecerá caótico, pero te ayudará mucho a encaminar tu tratamiento a tu manera y con quien tú quieras.

Lee, investiga y únete a grupos para hablar del tema. Compartir experiencias es una de las terapias más enriquecedoras que existen.

Y nunca, nunca bajes la guardia. No te obsesiones y VIVE, pero mantente alerta.

Te lo dice una bloguera tres veces superviviente.

domingo, 22 de enero de 2017

COSMÉTICA FRESCA

Tanta quimio me está secando y arrugando la piel como una pasa. 

Después de casi tres años de tratamientos he probado casi de todo. En un post anterior hablé de las cremas que usaba para hidratar mi piel y que me han ido muy muy bien hasta que me he rebelado contra todo lo que lleve químicos que puedan dañar mi piel que ahora está extremadamente sensible, incluyendo jabones, cremas, champús, mascarillas para el pelo, etc. Bastante porquería tienen todas las drogas que tomo.

Así que al igual que hice con la comida en su día, me he pasado a la cosmética natural y he descubierto un mundo nuevo que quiero compartir con vosotros.

El "síndrome mano pie" es uno de los efectos secundarios más comunes de la capecitabina. Tengo las extremidades destrozadas. Las palmas de las manos se me han enrojecido y se me ha borrado la huella dactilar. Estoy lista para robar un banco 😀😀😀
Mis pobres pies no aguantan más. Tengo la piel de las plantas tan lisa que me arde cuando camino y, para colmo, soportan cada día el peso de mi cuerpo. 

- ¿Qué puedo hacer doctor? 
- HIDRATACIÓN, mucha hidratación.

La pomada del silencio me alivia muchísimo. Es una crema hecha de aloe vera, aceite de oliva y cera de abejas. Me la pongo en grandes cantidades todas las noches en los pies y varias veces al día en las manos. Sirve para todo tipo de problemas en la piel como eczemas, psoriasis, quemaduras, etc. 100% natural y muy muy asequible. www.lapomadadelsilencio.com

Mi cara también sufre las consecuencias de tanta droga. El efecto acumulativo de una quimio tras otra se nota en la piel. Mucho. La tengo más seca que nunca y todos los potingues que me pongo se los devora en segundos.

He aquí el nuevo descubrimiento que me hizo mi amiga Patricia: la cosmética fresca de Ringana. Natural 100% sí, pero además fresca. Te preparan las cremas al hacer el pedido, las envasan al vacío y tienen una caducidad de 3 o 4 meses. Por eso no se venden en tiendas. Las cremas vienen de Austria y os aseguro que merece la pena probarlas.

Además Ringana es una empresa ecológica, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, cosa a la que cada vez doy más importancia. 





Echad un vistazo a la web que os va a sorprender. Y si os decidís a hacer un pedido poned mi nombre (Luz Sanchez-Camara) en el espacio de "como has conocido Ringana", que estoy colaborando en la promoción.

Pero como no sólo de cremas vive el cuerpo he vuelto al gimnasio y me siento como nueva.

Zuuuuuuuuuuuuuuuuuumba

sábado, 14 de enero de 2017

DULCE RUTINA

Desde ayer estoy en una nube. 

He pasado mi primera revisión completa (TAC incluido) desde que tuve la metástasis cerebral y ESTOY LIMPIA como una patena. Eso quiere decir que la capeticabina está haciendo su trabajo aniquilando a las células cancerígenas que puedan quedar por ahí dando vueltas.

Tengo que seguir con el tratamiento unos meses más, pero estoy lista para volver a la normalidad. Muchos pensarán que estoy loca por querer volver a trabajar, pero lo estoy deseando. Ir a la oficina todos los días significará que la vida vuelve a ser rutinaria: madrugones, atascos, prisas para llegar a todo y a tiempo, ojeras... Eso a mí me hace sentirme viva.

Esta semana he ido a la oficina del INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) a pedir el alta voluntaria contando con el visto bueno de mi oncólogo, pero la dichosa "burrocracia" ha hecho que me abran un expediente de incapacidad permanente que por supuesto he rechazado, así que ahora tengo que esperar a que lo anulen para tramitar mi reincorporación. Cuestión de días o meses, no lo sé, pero lo que sí sé es que me van a dar el visto bueno y que en breve estaré entrando por la puerta de Salvador de Madariaga 1.


Los trámites de la Seguridad Social son lentos y rutinarios. Según se van cumpliendo los plazos de baja establecidos se pasa automáticamente al siguiente proceso.

  1. Doce meses de baja como máximo gestionados por el centro de salud. Si no pasan 6 meses entre una baja y otra se acumulan.
  2. Cumplido ese plazo se pasa por un tribunal médico del INSS que puede conceder una prórroga de 6 meses más.
  3. Tras 18 meses (plazo máximo de baja permitido) se abre automáticamente un expediente de incapacidad permanente y el trabajador puede continuar con ese proceso o presentar alegaciones y solicitar la reincorporación.
Es obvio que al Estado no le interesa conceder bajas permanentes a personas que están capacitadas para trabajar, pero los procesos en la administración son lentos y no queda más opción que tener paciencia.


Espérame dulce rutina, en unos días volveremos a vernos.