lunes, 25 de julio de 2016

LA NUEVA YO

Aunque sea difícil de creer, el cáncer te aporta cosas buenas. Ya se que es un tópico decir que aprendes a valorar cosas que antes te parecían cotidianas y bla bla bla, pero es verdad.

Después de 6 meses de "ni un pelo de tonta" por fin he ido a la peluquería. Lo normal para casi todos, ¿no? Tienes el pelo largo y vas a cortarte las puntas, se te ve la raíz y te tiñes, te salen canas y te das unas mechitas... Pues para mi ha sido emocionante, una regresión a mi vida normal anterior.

A la pregunta de qué me quería hacer respondí: "no lo sé, sólo quiero mirarme al espejo y no pensar en el cáncer. Quiero dejar de ver a esa enferma a la que le está creciendo el pelo porque se ha quedado calva por la quimioterapia. Quiero darle alegría a esta cabeza".

Dicho y hecho. Mónica, mi peluquera, me conoce desde hace muchos años y encontró fácilmente la solución a mi problema: el look Annie Lenox.



Este pelo decolorado sólo se puede llevar con una cabellera tan corta, así que ahora cuando me miro pienso en el corte tan moderno que me han hecho. 

Mi marido, familia, amigos y demás se quedaron un poco sorprendidos al verme, pero casi todos coinciden en que me queda bien, se me ve la piel más morena, me resaltan los ojos.. En definitiva, Mónica ha conseguido subirme un poquito más la autoestima y que deje de ver la palabra cáncer pegada en mi frente. Gracias.

En cuanto al dilema radio sí / radio no, ha ganado el NO. Parece que entre los radiooncólogos y los de medicina nuclear han considerado que el ganglio del cuello no era malo y por tanto no hay necesidad de darme radioterapia. Estupendo, un salto a la siguiente etapa.

Ayer cumplí 44 primaveras. Cuando me diagnosticaron tenía 41 años y pensé que no llegaría hasta aquí. Pero he llegado y pienso seguir cumpliendo años y disfrutando de pequeñas cosas que me aportan gran placer (como ir a la peluquería).



Ahora voy a descansar y ponerme en forma para lo que me toca después del verano. Espero poder volver a ser YO en muy poquito tiempo.

Feliz verano a todos. 

jueves, 14 de julio de 2016

HOLA VIDA

Tengo los resultados del PET TAC que reconfirma lo que ya sabíamos: "no se identifican lesiones neoplásicas con media / alta actividad metabólica", que es lo mismo que decir ni rastro del bicho.

Para los que no estáis muy puestos en el tema radiológico porque nunca os ha hecho falta (seguid así), la principal diferencia entre un TAC y un PET TAC es que el segundo es una prueba de medicina nuclear en la que, mediante la inyección de glucosa, se capta no sólo donde está la lesión y su tamaño, sino además si está activa y en qué grado. Creo que a día de hoy es la prueba más concluyente para un diagnóstico.

Mi primer PET TAC fue en enero de este año cuando me diagnosticaron la recidiva. Se veía perfectamente el ganglio axilar infectado y además otro en el cuello que captaba algo de glucosa. El diagnóstico fue "recidiva axilar y laterocervical derecha".

Nunca llegaron a hacerme una biopsia del ganglio del cuello y ahora que ha desaparecido, los radiooncólogos y los especialistas en medicina nuclear del Gregorio Marañón tienen sus dudas con respecto a su malignidad. Parece ser que estaba localizado en una zona muy alejada de la cadena ganglionar de la mama y además completamente aislado, por lo que piensan que podría haber estado inflamado por cualquier otro motivo (una infección, por ejemplo).

Radiotetapia sí / radioterapia no, esa es la cuestión. Mientras se deciden yo me dedico a reponer las fuerzas perdidas y a prepararme para lo que pueda venir. Me alimento bien, voy al gimnasio, duermo y bebo mucho líquido.

A pesar de que me noto cansada y bastante desmejorada físicamente, estoy pletórica y rebosante de alegría. Siento que la vida me está dando de nuevo la bienvenida y que mi pequeño cuerpo ha vuelto a responder positivamente al tratamiento. Nunca me falla.

Este verano voy a disfrutar como si fuera el primero de los muchos que me quedan por vivir.

¡Hola vida! Estoy aquí. He vuelto :-)