jueves, 27 de noviembre de 2014

2-0

Hoy me han dado muy buenas noticias.

Esta mañana he ido a la consulta de la ginecóloga y cirujana y me ha dado el informe de anatomía patológica. Todos los ganglios analizados (13) son negativos y las células malignas que puedan quedar por ahí pululando morirán con la radio. Me ha dicho que los resultados son buenísimos. Estoy como loca de emoción. Parece que todo el esfuerzo tanto profesional (médico) como personal ha merecido la pena. 

Hablando de radio... hoy me han hecho un TAC para ver donde tienen que apuntar con el rayo. Me han colocado en la misma postura en la que voy a estar durante las quince sesiones, tumbada con el brazo derecho (el operado) hacia arriba, y me han tatuado cuatro puntitos negros que parecen lunares a modo de objetivo para el francotirador.

No me importa, no me molesta, ya nada puede conmigo.

Y con esto y un bizcocho me voy a disfrutar de mi victoria con un buen descanso que para eso me lo he ganado.

Chicas, ¡PODEMOS!

Luz 2 / cáncer 0

martes, 25 de noviembre de 2014

POST MASTECTOMÍA

Me siento rara. Llevo seis meses contando los días para que acabe la quimio y ahora que estoy desenchufada me siento indefensa. Es como si me hubiesen arrebatado el escudo que me protegía del tumor. 

He terminado, sí, ¿y ahora qué? 

Médicos, médicos y más médicos.

Mientras espero el resultado de anatomía patológica (que es analizar lo que me han sacado en la operación), he pasado ya varias veces por el hospital. Y lo que me queda...

Lo primero, una visita al cirujano plástico una semana después de la operación para la revisión del implante. La "nueva" está bien, aunque hay que masajearla 5 minutos todos los días hacia los lados y hacia abajo para que ocupe su hueco en el pectoral y no se deforme. Aviso a navegantes: es muy molesto. Aparte de eso, me quitó un punto (sólo uno, será que el resto van por dentro) y me recetó una pomada para la cicatriz.

15 días después visita a la Doctora de Oncología Radioterápica Mariola García Aranda. Tengo que darme 15 sesiones de radio en días consecutivos, pero antes tengo que pasar por el aro (TAC) para que vean exactamente el blanco al que apuntarán. Parece ser que te marcan con 4 puntitos tatuados para que el tiro sea siempre acertado.
Una buena: la Doctora me dijo que había tomado una buena decisión reconstruyéndome el pecho en el momento.

Me queda pasar por la ginecóloga dentro de dos días. Estoy un poco asustada, porque ya tendrá los resultados del patólogo. Dicen que no me preocupe, que si la respuesta al tratamiento ha sido completa lo normal es que no haya sorpresas. Pero últimamente la normalidad y yo no nos llevamos muy bien y tengo un miedo latente que arrastro como una pesada carga.

Intento ser positiva y pensar que lo peor ya ha pasado. Es cierto que estoy preocupada e insegura porque no se lo que me deparará esta enfermedad en el futuro, pero pienso seguir cuidándome de manera pro activa.

Por eso me voy unos días de viaje antes de la radio, para desconectar y olvidarme un poco de todo. 

Por cierto, empiezo el tratamiento el 10 de diciembre y termino el 31. Patada al 2014.





miércoles, 19 de noviembre de 2014

HOGAR DULCE HOGAR

Ayer hizo una semana de mi operación y de momento todo es positivo.

Me "soltaron" el viernes, tres días después de pasar por quirófano. Estaba tan bien que no querían hacer más gasto. En realidad, gracias a las maravillosas manos de mis cirujanos (Dra. Herrero y Dr. Martínez Murillo), estaba lista para irme al día siguiente. 

Durante mi estancia no fui una paciente de lo más ejemplar porque no paré quieta.

Como me he vuelto tan extremista con el tema de la alimentación sana mi madre y mi suegra me llevaban la comida y la cena al hospital (crema de calabaza, ensalada eco, lentejas, pan para el desayuno...). Para no quedar mal con mis "carceleros", alguna de mis visitas se comía lo que me traían las enfermeras. Y así todos contentos: yo comía lo que me gustaba, alguien se iba a casa con el buche lleno y el parte médico informaba de que la enferma había hecho los deberes.

No paré de recibir visitas. Gracias a todos los que pasasteis por la habitación 321. Estaba tan animada que me levantaba a saludar, me sentaba en la cama a charlar como si estuviera tomándome una relaxing cup of coffee en la Plaza Mayor. Eso sí, por las noches estaba agotada. Y es que una tiene mucha energía, pero las baterías a veces se gastan.

Los paseos por el pasillo del hospital eran, son y seguirán siendo deprimentes, sobre todo si estás en la planta de oncología, porque sin quererlo estás constantemente recordando el porqué estás allí. 

Tuve la suerte de que me dieran la habitación en la sección de operaciones generales, pero para mover un poco las piernas tenía que pasar sí o sí por delante de las de oncología (las del numerito color verde) porque la planta da lo que da de tamaño y no hay más. 

Solía pasar a buscar a Olga, mi colega de la 330 a la que operaron en mismo día justo después que a mí. Las dos caminábamos garbosamente con nuestro clutch en una mano y nuestra litrona en la otra dos o tres veces al día.

Y ahora lo importante:

  • No he sentido dolor en ningún momento. El cirujano plástico me pautó Nolotil y Enantium cada 8 horas y estoy siguiendo fielmente sus indicaciones. 
  • He salido a la calle todos los días desde que llegué a casa. A pasear, a comer con las amigas, al teatro e incluso a visitar la feria Biocultura.
  • Mi nueva teta (a mi madre no le gusta el término, pero es una teta y es nueva, así que no se puede llamar de otra forma) sigue en su sitio evolucionando más que favorablemente. Para mi sorpresa, ajustándome el sujetador de forma estratégica, no hay tanta diferencia entre las dos, por lo que no creo que vaya a necesitar una prótesis externa hasta que me arreglen la otra.
El martes 25 tengo cita en radioterapia para que ya me digan cuantas sesiones y cuando empiezan. 

Seguiremos informando.



miércoles, 12 de noviembre de 2014

RECIÉN OPERADA

Ayer me bajaron al quirófano a las nueve y pico de la mañana. A pesar de que en ningún momento tuve miedo, sí hice un poquito de drama con mi santo marido y le dije lo que había que hacer si me pasaba algo.

Pasado ese momento telenovelesco recuperé mi buen humor y entré al quirófano sonriendo. Casualmente salí igual de contenta dos horas después, así que supongo que la anestesia me dejó la sonrisa dibujada en la cara.

Bendigo al que inventó la anestesia. Parece ciencia ficción que te puedas echar un sueñecito de lo más placentero mientras unas cuantas personas ataviadas con batas, guantes y mascarillas amputan uno de los símbolos más visibles de tu feminidad.

Me recuperé de la anestesia bastante rápido y lo primero que sentí fue hambre, mucha hambre, pero no me dejaron comer hasta varias horas después. Para saciar mi voraz apetito me dieron garbanzos con chorizo, morcilla y jamón de primer plato y pollo con patatas fritas de segundo. Una dieta muy apropiada para quien se acaba de despertar de una anestesia general. 

Mención especial merece el momento de hacer el primer pis. No me dejaban levantarme de la cama, así que lo tuve que intentar con la cuña. No hay cosa más difícil ni escena más cómica que estar tumbada en la cama del hospital intentando hacer pis en un cacharro de plástico y que tres caras (marido, madre y padre) te estén observando fijamente a ver si el chorrito sale o no sale. Así que les mandaba a todos al pasillo. Pero aún así no hubo manera de evacuar en esa cosa. Tuve que levantarme e ir al baño. Y entonces me di cuenta de que estaba estupendamente y podía caminar. Unos auxiliares de enfermería me dijeron que era muy raro levantarse de la cama con esa energía después de una anestesia general. Pero así soy yo. Rabo de lagartija como dice mi hermano.

Ha pasado un día y medio desde que me operaron y no he sentido dolor en ningún momento. Estoy enchufada a una especie de cantimplora que hace las veces de bolsito clutch cuando salgo a pasear por el pasillo y que está llena de un cóctel de analgésicos y calmantes. 
Eso por el lado izquierdo. 
Por el derecho llevo colgando la botella de drenaje a la que cariñosamente llamo litrona. 

Voy a terminar este post hablando de mi nueva teta que es perfecta. Me daba miedo mirarme cuando me desperté y ahora no puedo dejar de hacerlo. Sólo llevo una gasa que cruza transversalmente la mama reconstruida, con lo que puedo ver perfectamente el resultado. Y me encanta. Cada vez estoy más contenta de mi decisión de reconstruirme en el momento. Tan encantada estoy que no veo el momento de arreglarme la otra.

Una etapa más concluidaAhora falta saber lo que dice el patólogo y esperar a empezar la radio.



lunes, 10 de noviembre de 2014

¡YA!

Ha llegado el día. 
Estoy yendo al hospital. 
Ingreso a las 8 de la mañana y soy la primera en entrar al quirófano.
No tengo miedo.

#adiostetaadios

Aquí dejo una foto de la cena de despedida de ayer.




domingo, 2 de noviembre de 2014

LISTA...

Ya tengo fecha para la operación: martes 11 de noviembre.

No estoy nerviosa, sino todo lo contrario. 

Desde que me diagnosticaron estoy deseando que llegue el día. No es que me haga especial ilusión entrar en quirófano, pasar una semana en el hospital, quedarme sin un pecho, la cicatriz... 

Lo que pasa es que la operación es una de las metas más importantes de todo el proceso. Y yo estoy a punto de llegar. 

Y además lo hago en las mejores condiciones. El resultado de mi resonancia magnética post quimio dice "respuesta completa al tratamiento", lo que significa que desde un punto de vista radiológico el bicho ha desaparecido.

¿Por qué una mastectomía entonces? Es lo que me pregunté después de leer el informe. Pues porque la resonancia es sólo una imagen. Hay que abrir, limpiar y extraer el foco del tumor para que lo analicen en patología. Esos resultados serán los verdaderamente definitorios, aunque ya sé que me van a dar un mes de radio por si quedara alguna célula por la zona.

La semana pasada fui a ver al cirujano plástico antes de ir a la consulta de la ginecóloga para que me diera la fecha de la operación. 

Si algo he tenido claro es que después de todo lo que he pasado no quería verme sin pecho si podía evitarlo. Todo el mundo me decía que si te van a dar radio no te pueden poner prótesis hasta después, pero como la curiosidad mató al gato y yo soy muy preguntona, averigüé que es posible poner una prótesis en el mismo momento de la mastectomía siempre que esta sea pequeña. 

Así me lo confirmó el cirujano plástico y así me lo van a hacer. Unos meses después tendré que entrar de nuevo al quirófano a igualarme la otra y entretanto me pondré una prótesis externa para que no se vean de distinto tamaño.

Conclusión, el próximo verano pecho nuevo, pequeño y en su sitio. Mis amigas se mueren de envidia cuando bromeo con la delantera de veinteañera que me van a poner. Algo bueno tenía que tener todo esto, ¿no?

Y como al mal tiempo hay que ponerle buena cara, la semana que viene vamos a hacer una cena de despedida con los amigos a la que hemos llamado #amitetalequedapoco

El camino ha sido largo y lleno de altibajos, pero he conocido personas maravillosas y de todas he aprendido algo. Gracias a todas ellas y a mi familia y amigos, seis meses después el cáncer es menos cáncer.