miércoles, 12 de abril de 2017

EL BICHO HA VUELTO

Fue justo en la Semana Santa de 2014 cuando esperaba ansiosa el resultado de mi primera punción. Fue positivo. 

Tres años después, cuando creí que todo estaba superado, la historia se repite. Con la diferencia de que ahora ya se que me voy de vacaciones con el bicho puesto.

Sí, la enfermedad da la cara de nuevo. Esta vez en la axila (2ª recidiva) y debajo de la piel del otro pecho. Parece poca cosa, pero las células ya están en la sangre y hay que cambiar la estrategia de ataque.

El primer paso es el quirófano. Hoy están discutiendo mi caso en el comité de tumores del Gregorio Marañón. En un rato sabré la fecha de la cirugía.

Después hay que analizar lo extraído con detalle para conocer a fondo al enemigo y diseñar el plan de acción. Lo más probable es que me metan en un ensayo clínico, así que se abre un nuevo abanico de posibilidades.

No voy a negar que estoy cabreada y rabiosa, pero la experiencia es un grado y esta vez me lo estoy tomando con más calma (creo). Cualquiera diría que hace una semana estaba gritando de alegría en la calle porque los resultados de mi TAC corporal y mi reso de cráneo eran perfectos. 

Esos resultados me daban unos meses de tregua. Estaba feliz. 

Pero tocando tocando una acaba encontrando. Y así ha sido. Son dos lesiones pequeñas y superficiales que no se detectan en un TAC. Lo dicho, NO HAY QUE BAJAR LA GUARDIA NUNCA.

Soy una persona más terrenal que espiritual, así que por mi parte seguiré con la comida sana (sin hacer tantas trampas), con el deporte, con las charlas con las amigas y disfrutando a tope de mi familia. Ellos son mi mejor medicina.

miércoles, 5 de abril de 2017

LABIOS ROJOS PARA LOS DÍAS FLOJOS

La semana pasada estuve en una charla muy interesante de la coach Mónica Vercelli: "rutinas para quererte más".

Parece una tontería, pero es tan importante quererse a uno mismo como que nos quieran.

Fueron consejos muy sencillos, muy básicos e increíblemente eficaces. Me quedaron grabados algunos tan bonitos como los que os cuento a continuación.

1. Morros rojos para los días lluviosos.
Un gesto tan simple como pintarte los labios de rojo y salir a la calle con la cabeza bien alta tiene el inmenso poder de subirte la autoestima y cambiarte el estado de ánimo.

2. El bote de la felicidad.
Escribe cada día algo bueno que te haya pasado. Por muy mal que te esté yendo siempre pasa algo bueno (una llamada, un café con un amigo, una buena película, una comida rica..). Mete el papel en un bote y guárdalo hasta fin de año. El 31 de diciembre ábrelo y lee lo que has escrito. Verás la cantidad de cosas buenas que te han pasado y empezarás el año nuevo lleno de fuerza y energía.

3. Acepta un cumplido.
Di gracias cuando te digan algo bonito. No des explicaciones (es que hoy he ido a la pelu, es que me he maquillado...). Sólo da las gracias, quédate con lo bueno y despliega una enorme sonrisa.

4. Abrazos de 6 segundos.
No dejes que los abrazos sean simplemente una forma de saludarse o de despedirse. Conviértelos en signos de cariño y de amor. Abraza a los tuyos con más frecuencia y retenlos durante al menos 6 segundos. Verás la satisfacción que produce.

Estas semanas estoy sometida a mucho estrés con la revisión rutinaria. Pruebas, médicos, espera de resultados y todo los que muchos ya sabéis. El subidón de una prueba superada se transforma de inmediato en nervios por la siguiente. Esas constantes subidas y bajadas de ánimo me ponen los nervios a flor de piel. Mi cabeza no para de imaginar lo inimaginable y preguntas como el "¿y si...? aparecen en mis pensamientos como una mosca cojonera que no quiere dejarme en paz. 

Charlas como la de Mónica me sacan de la agonía y me devuelven la confianza en que todo va a salir bien. 

Y de repente tengo ganas de pintarme los labios de rojo y salir a la calle.