miércoles, 20 de abril de 2016

TRATAMIENTO DE UNA RECIDIVA. CAPÍTULO 3

Esta vez he empezado con muy buen pie.

Día 0 - lunes 28.03. Analítica. Como soy bastante previsora y se que aquello se pone de bote en bote madrugué y llegué al hospital de día a las 07:50. Cuando empezaron a llamar eran, como siempre, las 08:30. Allí no cabía un alfiler. El panorama era previsible después de cuatro días de fiesta por semana santa. Menos mal que al que madruga Dios le ayuda y pude salir de allí a una hora más que prudente.
Cuanto enfermo de cáncer... Qué horror.

Por la tarde tocó TAC para ver la evolución y la respuesta del tumor a la quimio. Otra vez overbooking. Parece que los atascos de vuelta de la semana santa no sólo afectan a las carreteras. En fin...

Día 1 - martes 29.03. Onco y quimio.
Tenía cita con el Dr. Martín a las 09:00 para los resultados de la analítica y el TAC. Si todo estaba bien ese mismo día me darían mi tercera quimio.
Me acompañó mi santo padre y tuvimos que esperar (oootra vez) más de una hora y media porque el Doc estaba en una reunión. Cuando por fin pasamos a la consulta toda la espera había merecido la pena. Los resultados del TAC eran de sobresaliente, el bicho está desapareciendo y las imágenes son una buena prueba de ello.
La analítica estaba bien también. Mis neutrófilos estaban en 1.6 (la vez anterior 0.8), así que podía darme la quimio ese mismo día. Estoy cada vez más convencida de que la bioenergía está ayudando. Gracias Marta por el descubrimiento y gracias Víctor por la dedicación que pones en cada sesión y la paciencia con la que respondes a todas mis preguntas.

17:30 - quimio. Menos mal que otra vez me dieron salita individual con sillón para acompañante, porque esta vez fui con mi madre y así pudimos charlar, ver la tele y echar una cabezadita. A las 21:00 salía del pabellón de oncología del Gregorio Marañón por la puerta grande.

¡¡¡¡Ooooooooolé!!!



Días 2, 3 y 4. Se repite el esquema de las veces anteriores. Todo en orden salvo molestias estomacales y un estreñimiento que me tiene amargada. Necesito limpiarme por dentro y eliminar el veneno, pero no lo consigo. 

Días 5, 6... Empieza la caída física y anímica. Mi único consuelo es que los días que estoy mal como lo que me apetece y todo lo que mi dieta hipermegasana me prohíbe (excepto azúcar y carrne roja, eso nunca): queso, hidratos de carbono en todas las comidas, un poquito de jamón, alguna que otra picadita de patatas fritas, una tapita de paella si cae en mis manos... En definitiva, cuatro o cinco días en los que me alimento de lo que me pide el cuerpo sin privarme de casi nada.
No es que con estos pecadillos la quimio sea más llevadera, pero es una pequeña licencia que me proporciona un enorme placer.
Lo que peor llevo es la acidez. Creo que ya lo he mencionado en algún post anterior, pero es que me amarga todas las comidas. El médico me ha recomendado omeprazol. Voy a ver si con eso mejoro un poquito.

Creo que esta es la vez que peor me ha sentado el veneno. Me ha afectado muchísimo al estómago y al estado de ánimo. Estoy de bajón, triste y me siento sola. No veo el momento de terminar con esta tortura.

Día 10 y sucesivos. Ya pasó lo peor. Es como las veces anteriores, te acuestas hecho un despojo humano y te levantas como si no hubiera pasado nada.

Y dicho esto voy a disfrutar de estos diez días de tregua. 

La próxima la cuarta. Ya veo la luz al final del túnel.


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