viernes, 3 de octubre de 2014

LA PELUCA

Aaaaaayyy la peluca...

Cuando me diagnosticaron el cáncer y me confirmaron el tratamiento, lo primero que le pregunté a mi oncóloga fue si me iba a curar y después si se me iba a caer el pelo. Qué dos preocupaciones tan diferentes y qué importantes eran las dos para mí. La respuesta a ambas preguntas fue un rotundo SÍ. 

El pelo tardaría más o menos dos semanas en caerse. Tenía clarísimo que antes muerta que sencilla. Una de mis preocupaciones era que la gente me viese por la calle o en la oficina con el pañuelo y pensasen "pobre... tiene cáncer"  Yo me iba a poner peluca de manera permanente y la mejor que hubiese en el mercado. Y así lo hice. 

Aconsejada por una ex cáncer de mama, fui con mi madre a un sitio al que van las ricas y famosas (yo no podía ser menos) donde te atiende una señora llena de joyas en una oficina decorada con fotos de políticos del PP. Allí me hicieron una entrevista y me hablaron de las maravillas de sus productos. Son pelucas de pelo natural, hechas a medida y que se fijan al cuero cabelludo de manera permanente, así puedes dormir con ellas, bañarte en la piscina, ducharte, etc. Como si fuera tu propio pelo, me dijeron. "Es lo que yo quiero mamá, ¡¡¡qué bien!!!"

Salí de allí súper contenta. 

Al día siguiente me llamó mi tía Teresa (hermana de mi madre) para contarme que tenía guardada una trenza larguísima que le cortaron con 14 años. Mi tía tiene un pelo rubio natural de los más bonitos que he visto nunca. Me emocioné muchísimo y empezamos a indagar como hacer una peluca con ese pelo. Pero parece que la cantidad no era suficiente y la trenza volvió a la caja donde había estado guardada durante casi 50 años.

Después de aquello encontramos otro sitio de pelucas de pelo natural. Estas no te las hacían a medida con muestras de tu propio pelo y tampoco se colocaban de manera permanente. Así que no me convenció.

Finalmente me decidí por el primer sitio al que habíamos ido (el de la señora enjoyada). Me tomaron las medidas de la cabeza y unas muestras de mi pelo. La peluca tardaba un par de semanas.

El pelo se cayó después de la cuarta sesión. Yo tenía hora en la pelu de las pelucas para el viernes (mi quimio fue el jueves). Como no se me había caído ni un pelo llamé para retrasar la cita. Me la dieron para el lunes. Y yo le dije: "El lunes es muy pronto. Si estamos a viernes y tengo mi melena intacta". Me recomendó mantener esa fecha y si no llamar el mismo lunes y retrasarla.

De la noche a la mañana ese fin de semana empecé a perder mi cabellera. No fue poco a poco, no. Me quedaba con los mechones de pelo en la mano. Un horror.

El lunes fui a ponerme la peluca. Te afeitan la cabeza y después te la colocan con un pegamento especial. En el espejo hay un estor que se baja por si no quieres verte calva. 

Estaba muy guapa y muy natural, pero con la sensación de llevar un casco puesto. Han pasado cinco meses y no consigo acostumbrarme a llevar ese felpudo en la cabeza. Me la he cortado en mi pelu habitual para parecer más yo y no llevar la típica melena larga y lisa. Pero ni con esas. En verano es un suplicio, te suda el cuero cabelludo y no te puedes bañar con ella porque se enreda.

La uso para ir a la oficina y para socializar, pero en cuanto llego a casa me la quito y me pongo mis pañuelos que son preciosos, favorecen un montón y son mucho más baratos.

Recomiendo una tienda: www.oncoestetica.es

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