miércoles, 4 de marzo de 2015

LA VUELTA AL COLE

Muy contenta y con nuevo look he ido hoy a la oficina después de cuatro meses de baja. 

La entrada ha sido triunfal. Todo el mundo se alegraba de verme y me han dicho que estaba guapísima. ¡Así da gusto! Para mí la sensación ha sido como si el tiempo no hubiera pasado.  

Desde el día D (diagnóstico) hasta hoy han pasado diez meses y medio, de los cuales he estado de baja seis. Los dos primeros los necesité para asimilar lo que me estaba pasando, tomar consciencia de mi enfermedad y aprender a alimentarme y cuidarme para que todo fuera más llevadero.

Recobré las fuerzas y volví a trabajar en julio en pleno tratamiento de quimioterapia. A pesar de que ir a la oficina me mantenía activa y con la cabeza en funcionamiento, había días en los que tenía que quedarme en casa porque no me podía mover.    

La siguiente baja la cogí una semana antes de la operación. Han sido cuatro meses durante los cuales he pasado por una mastectomía, quince sesiones de radioterapia, veinte de rehabilitación, nosecuantas charlas con la psicóloga y cientos de visitas al hospital. 

Aunque no todo ha sido malo. También he descansado, he paseado kilómetros y kilómetros, he pasado días enteros con mi marido, he disfrutado de mis amigas y de mi familia y hasta he hecho un pequeño viaje por la Costa Brava que me ha sabido a gloria.

Estoy encantada de haber vuelto a la oficina. Tengo la suerte de tener un trabajo que me gusta y unos compañeros con los que no paro de reirme (Mari Chuli, te voy a echar mucho de menos). No es que yo sea una adicta al trabajo, ni mucho menos, pero volver a hacer vida normal significa que me he curado, que ya ha pasado todo. Vuelvo con las fuerzas renovadas y con toda la energía para comerme el mundo. 

Eso sí, despacito y "poc a poc" como dicen en Menorca.

Mi nuevo look. 5 meses después de terminar la quimio.


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