Hoy he empezado los talleres Carmen Barba.
Digamos que es una terapia de grupo con mujeres que están pasando por lo mismo que yo. He salido contenta, aliviada, relajada y sintiéndome parte de una comunidad donde todas hablamos el mismo idioma y sentimos de manera parecida.
Lo del espacio protegido no necesita explicación. Su nombre lo dice todo. Es nuestro lugar, nuestro momento, son nuestras vidas y nuestros sentimientos. Lo que allí se cuenta queda entre nosotras.
Me han emocionado cada una de las historias que han contado Marta, Lola, Ilda, Cova y Marcia.
Una piensa que lo que le ha pasado a ella es lo más triste y lo peor que puede pasarle a nadie. Pero hoy me he dado cuenta de que cada historia es única, de que todas sufrimos, lloramos, tenemos miedo y a todas nos ha llegado el cáncer en un momento inoportuno bloqueando nuestros planes y nuestros sueños.
Pero tenemos mucha fuerza y unas inmensas ganas de seguir adelante. Y eso se contagia. Para eso nos reunimos, para eso hablamos, para eso nos expresamos, para eso lloramos y para eso reímos.
Siento que puedo aprender mucho de cada una de mis compañeras y de Yolanda, la psicóloga que dirige las jornadas. Sé que vamos a pasar algunos momentos muy duros, pero también que vamos a salir reforzadas y a crear unos vínculos afectivos que difícilmente estableceríamos con otras personas.
Doy gracias otra vez a mi oncóloga por ser la promotora de esta iniciativa y por invitarme a formar parte de ella. Y a Encarna por cuidarnos con tanto mimo.
Y a mi grupito de "las chicas Sanchinarro" un beso enorme y hasta el próximo día 28.
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