No nos engañemos, aunque no duele no es plato de buen gusto.
No recuerdo haber tenido nunca miedo a las agujas (aunque mi
madre dice que cuando éramos pequeños y venía el practicante nos escondíamos
aterrorizados), pero la que utilizan para la punción es como para echarse a
temblar. Excalibur en versión aguja.
El volante médico decía BAG, que significa biopsia con aguja
gruesa. Lo que no mencionaba era la longitud de aquel artefacto.
En fin, la prueba consiste básicamente en pincharte el bulto
(que recordemos está en la mama, lo cual ya es de por sí bastante desagradable) y
extraer una muestra para analizarlo.
La punción en sí no es dolorosa, porque para eso te han puesto
anestesia previamente (con un pinchazo, por supuesto). Lo que verdaderamente es molesto es una especie de
disparo que hacen para la extracción. A mí me hicieron como 8 de esos. Me
pincharon 3 bultos varias veces cada uno. ¿Quieres
café? ¡Pues toma 8 tazas!
Cuando terminas te vas a tu casa apretándote la mama punzada
bien fuerte con la mano contraria durante un par de horas para evitar que te
salga un hematoma que, por supuesto, al día siguiente sale. De nada sirve haber
seguido las instrucciones al pie de la letra y haberte paseado por todas partes
cual caballero de la mano en el pecho.
Era 8 de abril. Los resultados
tardaban 15 días porque entre medias era Semana Santa.
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