Hoy cumplo 42 años acompañada de la gente que más quiero y con ganas de celebrarlo por todo lo alto.
Porque cuando sientes, aunque sea por un momento, que la vida se te puede escapar, vives cada día con muchas más ganas y mucha más alegría.
La vida es demasiado bonita y yo quiero disfrutarla a tope.
jueves, 24 de julio de 2014
martes, 22 de julio de 2014
LA PUNCIÓN
No nos engañemos, aunque no duele no es plato de buen gusto.
No recuerdo haber tenido nunca miedo a las agujas (aunque mi
madre dice que cuando éramos pequeños y venía el practicante nos escondíamos
aterrorizados), pero la que utilizan para la punción es como para echarse a
temblar. Excalibur en versión aguja.
El volante médico decía BAG, que significa biopsia con aguja
gruesa. Lo que no mencionaba era la longitud de aquel artefacto.
En fin, la prueba consiste básicamente en pincharte el bulto
(que recordemos está en la mama, lo cual ya es de por sí bastante desagradable) y
extraer una muestra para analizarlo.
La punción en sí no es dolorosa, porque para eso te han puesto
anestesia previamente (con un pinchazo, por supuesto). Lo que verdaderamente es molesto es una especie de
disparo que hacen para la extracción. A mí me hicieron como 8 de esos. Me
pincharon 3 bultos varias veces cada uno. ¿Quieres
café? ¡Pues toma 8 tazas!
Cuando terminas te vas a tu casa apretándote la mama punzada
bien fuerte con la mano contraria durante un par de horas para evitar que te
salga un hematoma que, por supuesto, al día siguiente sale. De nada sirve haber
seguido las instrucciones al pie de la letra y haberte paseado por todas partes
cual caballero de la mano en el pecho.
Era 8 de abril. Los resultados
tardaban 15 días porque entre medias era Semana Santa.
viernes, 18 de julio de 2014
LA DETECCIÓN
Un día enjabonándome en la ducha me encontré un bulto en el
pecho derecho. Tengo mamas fibroquísticas (palabreja médica que significa que
tengo las mamas muy densas y fibrosas) y siempre tengo alguna que otra
protuberancia por ahí pululando, así que no le di ninguna importancia.
Pasaban los días, el bulto seguía allí y yo seguía pasando
de él. Hasta que un día mi marido me lo tocó y se sorprendió. Entonces pensé
que aquello podía estar creciendo y que podía no ser normal.
Llamé a mi ginecólogo pero no estaba. Así que pedí hora con
uno cualquiera. Cuando me palpó me mandó hacerme una ecografía “lo antes
posible”, dijo. Y me la traes de inmediato. En la clínica no me daban cita
hasta 4 días después. Un ignorante este médico, pensé. Si aquí tengo yo mi eco
y mi mamo de agosto pasado y no hay nada.
Pero me asusté. Era jueves 3 de abril. Salí de la consulta y
llamé a mi gran amiga Reyes, alias my
doctor, para ver si su marido (radiólogo) podía hacerme una eco
inmediatamente. Dicho y hecho. Al día siguiente fui convencida de que aquello
no iba a ser más que un quiste. Con 41 años, qué otra cosa podía ser. Pero
Fernando me dijo “Luz, lo que veo no me gusta, no te voy a mentir. Te voy a
mandar hacerte una punción”.
Cuando salimos de casa de Fer y Reyes nos abrazamos y
lloramos.
Conclusión: chicas, hay que tocarse y dejase tocar. Y al
mínimo bultito ir al gine e insistir en que os hagan eco, mamo y lo que haga
falta.
QUIÉN ME ACOMPAÑA
Tengo que agradecer a tanta gente que me está apoyando que no
sé si sabré hacerlo.
A mi marido Isam, por quererme tanto y estar siempre tan
cerca de mí que se atreve incluso a afeitarme la cabeza.
A mi madre, por ser MADRE por encima de todas las cosas. Por
sus comiditas y guisos ecológicos y por estar disponible siempre.
A mi padre, por tomarse esto con tanta naturalidad quitándole
hierro al asunto y por invitarme a esa peluca que me sienta tan bien.
A mis hermanos y cuñadas, por estar pendientes de mí
constantemente y visitarme siempre que pueden (unos vive en Murcia, otros en
Berlín y otros en Singapur… casi nada).
A mi familia política, porque a pesar de la distancia sé que siempre están pensando en mí.
A mi familia política, porque a pesar de la distancia sé que siempre están pensando en mí.
A mis tíos y primos que siguen mi evolución con devoción. En
especial a Terle, porque es como mi hermana y ahora, además, mi vecina.
A Reyes y a Fernando, por acompañarme durante todo el
proceso y sobre todo por guiarme cuando más perdida estaba.
A mis amigas, a TODAS. Os quiero. Y a ellos también.
A mis compañeros de Media Solutions, porque a pesar de
haberme visto caer dos veces en el año y medio que llevamos trabajando juntos,
me han ayudado no sólo a levantarme, sino a elevarme a lo más alto regalándome
unos taconazos de vértigo.
A Malek, por llevar esta enfermedad con tanto optimismo y ser un ejemplo a seguir.
A Malek, por llevar esta enfermedad con tanto optimismo y ser un ejemplo a seguir.
A la enfermera más dicharachera del hospital de Sanchinarro,
Encarna, porque me llevó de la mano cuando más lo necesité.
A mi oncóloga, Laura García Estevez, por curarme (sé que lo
va a hacer) y por integrarme en el Shucca que tanto me divierte.
Al libro “Un bulto en la mama, tú decides como abordarlo” de
Teresa Ferreiro, a quien no conozco en persona pero cuyas letras fueron la mano
que apareció para sacarme del agujero.
QUIÉN SOY Y QUÉ ME ESTÁ PASANDO
Me llamo Luz y tengo 41 años.
Hace tres meses (22 de abril)
me diagnosticaron un cáncer de mama. Después de haber perdido en mayo del año
pasado mi primer embarazo con 20 semanas de gestación, fue la peor noticia que
me pudieron dar.
Me hundí, hasta lo más profundo que puede hundirse nadie. Me
costó mucho asimilar lo que me estaba pasando, asumir que tengo una enfermedad
grave y con un largo camino que recorrer hasta la curación. Pero salí del hoyo y
tengo ganas de contárselo a quien me quiera leer.
Durante estos meses me he informado y he leído muchos blogs
de mujeres que están en mi misma situación. Todo lo que ellas contaban me ha
ayudado. Por eso me animo a escribir el mío propio y contar mi historia,
para que sirva de apoyo y de guía a quien lo necesite.
Ayer terminé mi primer ciclo de quimio (10 sesiones
semanales) y hoy quiero celebrarlo empezando mi aventura “un bicho en el pecho”.
Este blog trata de esfuerzo,
superación, constancia, esperanza y, sobre todo, alegría. Mucha
alegría.
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